Rey Melchor
“A los nazarenos les traigo mucho trabajo y felicidad para 2009”
Emulando a San José, este año el Rey Melchor nazareno dejará a un lado la magia para convertirse en un carpintero retirado de Dos Hermanas o viceversa, ya que Francisco Bonilla, persona encomendada con la labor de encarnar al primero de los reyes, ha dedicado toda su vida al oficio de la madera.
A sus 71 años de edad, Francisco Bonilla Santana va a hacer realidad uno de los sueños de sus dos hijas: que su padre sea Rey Mago de la cabalgata de Dos Hermanas. Por ellas, Francisco está viviendo una Navidad muy especial, ya que son las culpables de que no se haya echado para atrás y acepte con orgullo e ilusión este reto. Vinculado a la asociación Estrella de la Ilusión, lleva 17 años arrimando el hombro en las labores de montaje de la cabalgata, aunque este año de manera muy especial al ser él uno de los protagonistas.
¿Qué se siente al ser elegido como representante del Rey Melchor?=
Una ilusión muy grande, sobre todo por mis dos hijas que están encantadas con la idea de ir de pajes. Hace 12 años ya fui cartero real por lo que, aunque ahora sea una experiencia distinta, es una experiencia muy bonita y que hay que vivirla.
¿Qué se necesita para representar a un Mago de Oriente en la cabalgata?
Sobre todo estar bien de salud y luego estar muy vinculado con esta fiesta y vivir todo el año con los compañeros de la asociación los preparativos de la cabalgata.
¿Cuál es su sitio favorito para ver la cabalgata?
Todos los años la veo en el mismo sitio, en mi calle, Aníbal González. Y luego hay varios en los que la cabalgata se luce más, como por ejemplo la plazoleta.
¿Qué regalo le trae a la ciudad de Dos Hermanas para 2009?
Mucho trabajo y mucha felicidad.
Cuando niño, ¿cuál era su Rey favorito?
Aunque en mis tiempos no se vivía igual esta fiesta, siempre he sentido más simpatía por Baltasar.
De estos momentos de preparativos que está viviendo, ¿¿con cuál se queda?
Con la ilusión de ver terminada la cabalgata y deseando de que llegue el día para ver a mis dos hijas felices.
