Este sábado se representa en el teatro municipal la obra La curva de la felicidad, en dos funciones, una a las 19:30 y otra a las 21:30 horas. Las entradas cuestan siete euros y se pueden adquirir en la taquilla a partir de hoy miércoles. El público podrá disfrutar de este montaje teatral donde se dan cita Pablo Carbonell, Jesús Cisneros, Josu Ormaetxe y Antonio Vico para hablar de la crisis de los 40.
Jesús Cisneros: “Con esta obra los propios actores nos reímos de nosotros mismos; nos ayuda a superar nuestra crisis particular”
Jesús Cisneros es actor y también productor en esta obra de teatro en la que el humor es la única forma de enfrentarse a los dramas personales de cuatro personajes marcados por la temida crisis de los 40. En el caso de Cisneros, un mujeriego que cree que lo sabe todo sobre el sexo femenino.
En los tiempos que corren “crisis” es la palabra que más suena, pero ¿existe realmente la crisis del teatro o es un tópico, como la de los 40?
Te puedo asegurar que la crisis de los 40 es mucho más real que la del teatro. El caso es que el teatro que se considera público, es decir, subvencionado por las administraciones, ha evolucionado a un ritmo distinto y ha creado un púlbico elitista y reducido. Por otra parte, está el público en general, que lo que quiere ver son comedias bien hechas, con el estilo y el lenguaje directo y natural de la televisión. Si te digo la verdad, esta temporada ha comenzado mejor que ninguna en los últimos diez años. Al haber crisis, el teatro comercial programa comedias y eso es lo que quiere el público, ir a pasárselo bien.
De hecho su compañía lleva varias temporadas representando La curva de la felicidad.
Sí, estamos muy satisfechos. Llevamos desde 2004 con más de 600 representaciones y unos 200.000 espectadores; es uno de los montajes que más público ha tenido en España después de El método Gronholm.
¿Cómo se aborda un tema tan recurrente como este con frescura y aportando algo novedoso al público?
En La curva de la felicidad están los tópicos de siempre, pero el público identifica claramente los diferentes tipos de cuarentones. A esa edad da miedo tomar cualquier tipo de decisión, nos asustamos, nos hacemos más frágiles y nos planteamos que sólo nos queda la mitad de la vida, con lo que se produce una crisis entre vivir la realidad y lo que buscamos dentro de nosotros.
¿Y es el humor la única forma de enfrentarse a esa crisis?
El humor, en realidad, está en los ojos del púbico, porque cada uno de los personajes tiene un pequeño drama personal. En las funciones suele haber un 65 por ciento de espectadoras y se ríen porque ven reflejados a hombres de su entorno. A nosotros nos ha servido de terapia para superar nuestras propias crisis.
Como productor, ¿tiene más proyectos en mente?
Estamos pendientes de llevar La curva de la felicidad al cine, donde Pablo Carbonell también hará de Nino, porque no hay otro que pueda hacerlo mejor.
Pablo Carbonell: “La obra es un coleccionable de tipos patéticos; todos los personajes coinciden en el piterpanismo”
Pablo Carbonell no necesita carta de presentación. Actor, presentador, director de cine, cantante y reportero, en el espectáculo que llega a Dos Hermanas interpreta a Nino, un cuarentón al que su mujer ha abandonado por gordo y calvo.
¿Qué pensó cuando le ofrecieron este papel?
Pensé: “¿Por qué yo, si no aparento mi edad, si no estoy calvo (sólo en las fotos y en los espejos)?”. También pensé que me lo tenía merecido por haber bromeado con Jesús Cisneros cuando era reportero de CQC y decirle que cuándo se iba a bajar de los escenarios. Ahora me ha tocado subirme con él a uno.
Dicen que las mujeres se ríen mucho con La curva de la felicidad. ¿Somos así de malas o es que los hombres sois así en realidad?
La obra es un coleccionable de patetismos y cada personaje tiene una personalidad, aunque todos coinciden en el piterpanismo. Todos soñamos que somos más altos, más guapos y nos aterra el compromiso. Por eso, al salir del teatro, alguna mujer pueda decirle a su marido: “¿Ves? No eres sólo tú”.
¿Pero entonces es cierto el mito?
Las mujeres tenéis claro que el desarrollo natural es formar un hogar. A los hombres nos da por viajar por los Mares del Sur, tener una moto y escalar el Everest. Las mujeres sois terrenales y los hombres volátiles, por eso nos tenéis que cazar con lazo. Los 40 son el ecuador de nuestra esperanza de vida y a partir de ahí o te dejas de pamplinas o te vuelves loco.
¿Por eso el humor para tratar esta crisis de los 40?
Esta comedia funciona con chistes, aunque realmente es un tema muy serio. Si el drama no existiera, los chistes no tendrían gracia, porque el humor sirve para hacer más llevadero el drama.
¿Cuáles son los frentes abiertos de Pablo Carbonell en lo artístico?
Muchos: estoy pendiente de una obra de teatro, un programa de televisión, terminar de grabar un disco y un espectáculo con Pedro Reyes. Además, estoy preparando una serie de conciertos para niños con mi repertorio adaptado. También estoy pensando actuar en hospitales, pero eso ya es para sentirme bien. De vez en cuando hay que hacer cosas que no tienen precio y la risa de una persona no tiene precio, pero la de los niños, además, es preciosa.
Te llaman polifacético, pero ¿en qué faceta te sientes más cómodo?
Yo siempre hago lo mismo; más que polifacético soy ecléctico. A mí lo que más me gusta es mandar, pero también aprender, sobre todo a las órdenes de alguien que sabe mandar.
