Subida a la Tiñosa

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Subida a la Tiñosa, techo de CórdobaTecho de Córdoba

Mi última cumbre andaluza, la Tiñosa. Se preveía un día frío, pero contrariamente, un sol radiante nos iluminó y calentó en todo el recorrido. En esta ocasión, Rafael hace de coordinador y 15 compañeros avanzamos desde La Lagunilla, pequeña aldea entre Rute y Priego de Córdoba. Desde este punto, una pista de tierra en la parte izquierda y después de unos cinco kilómetros nos lleva hacia un cortijo, donde dejaremos los coches.
 

No es una ruta difícil, aunque en algunos tramos la subida hay que hacerla con precaución, ya no solo por el desnivel sino por el terreno pedregoso y algunos cortados curiosos. La senda empieza junto a la finca, donde la dejaremos a nuestra derecha. Pasaremos un pequeño abrevadero, y poco más adelante dejaremos igualmente las ruinas de una casa. El camino está perfectamente señalizado una vez que se pasa un grupo de grandes quejigos, ya solo tenemos que seguirlo hasta llegar a un pequeño collado. En este punto hay que estar muy atento, ya que tendremos que empezar a subir fuertemente por la parte derecha. Hay algunos hitos marcados que nos indican el camino.

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Ahora el repecho es fuerte y el camino se estrecha al paso de algunas rocas.
Una vez arriba, después de una media hora, el camino sigue por la parte derecha, bajando ligeramente junto a una gran cueva que dejaremos a la izquierda. Al abrigo de grandes rocas, esta inmensa cueva hace de cobijo para las muchas cabras que por allí corretean. Ya en la parte final un pequeño cresteo hasta la cima.

En frente se va viendo la gran mole de Sierra Nevada, Sierra Almijara y otras tantas sierras. Este lugar tiene el gran privilegio de encontrarse prácticamente en el centro del territorio andaluz, y a su vez rodeada de hermosas sierras.

Aquí arriba, en la cumbre, el poste geodésico, una banderola de Andalucía y un enorme cofre cargado de varios libros de firmas, dedicatorias, donde cada montañero escribe sus comentarios, sus experiencias, sus aventuras, sus vivencias.

Durante una hora, disfrutamos de unas vistas impresionantes acompañados por  un estupendo día.
Ya a la vuelta, sin novedad alguna, y cada uno a su ritmo, llegamos sobre las seis de la tarde. A esta hora, los últimos rayos de sol dibujaban bonitas siluetas perfiladas de las montañas, de los bosques y de un hermoso  paisaje.

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