Nuestro Padre Jesús del Amor trabaja desde la parroquia del Ave María
El sentimiento cofrade sigue vivo entre la juventud nazarena, y si no que se lo digan a los integrantes de la Agrupación Juvenil Nuestro Padre Jesús del Amor, un conjunto de amigos con inquietudes cofrades, como ellos mismos se definen, que llevaban un tiempo con la intenciónde reunirse y crear un nuevo grupo cofrade en Dos Hermanas, siempre, como comentan, “con el apoyo de una parroquia”.
Lo cierto es que la creación del grupo es bastante reciente, si atendemos a que se constituyeron como agrupación juvenil dentro de la Parroquia del Ave María y San Luis después de la última Semana Santa. Como explica Raúl, uno de los miembros de la agrupación, acudieron a la parroquia de su feligresía y le propusieron al párroco, Antero Pascual, empezar con un grupo de trabajo. Las ideas comenzaron a brotar, algunas de las cuales, como la recogida de alimentos en verano, ya se han hecho realidad.
Hermandad
Los tres pilares en los que se basa la agrupación de jóvenes son la caridad, el culto y la formación; siempre con el beneficio del párroco. Su intención es llegar a convertirse alguna vez en hermandad de penitencia. La razón que aportan es que les gustaría que Dos Hermanas contara con una Semana Mayor “más grande”. Reconocen que les queda un largo camino por delante hasta conseguir ese objetivo, pero son conscientes de que no deben dar ningún paso en falso. “Estamos empezando la casa por los cimientos”, afirman. Las hermandades no les son ajenas, hablando de su relación con ellas surgen nombres como Santa Marta, San Gonzalo y la Esperanza de Triana en Sevilla, así como Amor y Sacrificio, Amargura y Vera Cruz en Dos Hermanas. “Sabemos lo que estamos haciendo”.
No tienen nada contra las hermandades que ya existen en Dos Hermanas, pero les gustaría engrandecer la Semana Santa. “Como somos jóvenes vamos con esa ilusión”.
Sin duda el trabajo día a día es esencial para sentar una base sólida sobre la que se construya una futura hermandad. Pueden presumir de contar con el apoyo del párroco: “Don Antero se ha volcado con nosotros totalmente”, un apoyo recíproco, puesto que los jóvenes mantienen “un trabajo constante en la parroquia”.
Amor
La elección del nombre Nuestro Padre Jesús del Amor va mucho más allá de la no existencia de esa advocación en la ciudad. Cuando pensaron cómo podrían denominar a la recién creada agrupación, sus componentes decidieron buscar algo simbólico. El nombre conque se conozca a un futuro Cristo responde al hecho de que Jesucristo murió en la cruz por amor, “por todos nosotros”. Los jóvenes de la agrupación piensan que es adecuado para Dos Hermanas y lo han elegido de acuerdo con el párroco.
Abierta a todos
La agrupación juvenil está abierta a todos los fieles que quieran participar en este ilusionante proyecto, en el que reina “el buen ambiente, el trabajo y la seriedad”, a través del cual plantear una vida cofrade y cristiana. “Más adelante, cuando nuestro párroco nos dé su beneplácito nos convertiremos en asociación parroquial”. Ya trabajan ciñéndose a las normas diocesanas de hermandades y cofradías de la Archidiócesis de Sevilla. “Quien quiera emprender el camino con nosotros que se acerque a la parroquia”.
Entre las actividades que hasta el momento han llevado a cabo está la campaña de recogida de alimentos en verano que realizaron hace tres semanas. Raúl, uno de los miembros de la agrupación, reconoce la satisfacción de ver cómo los alimentos que habían recogido empezaban a repartirse. Casi de casualidad presenció cómo una mujer necesitada con un niño de meses en sus brazos recogía uno de los paquetes de alimentos que la agrupación había entregado a la Cáritas de la parroquia.
Entre otros proyectos tienen en mente organizar antes de Navidad una gala para recaudar fondos con los que financiar una escuela en Madagascar, además de otras muchas ideas que irán poniendo en práctica a lo largo del año. También han previsto alguna que otra visita cultural y artística a talleres de imaginería en Sevilla.
Aunque el proceso para constituirse como hermandad es largo, reconocen que es “una labor bonita” y le ponen mucha ilusión. “El buen acero tiene que templarse poco a poco”, aseguran. Asimismo reconocen que han de dar pasos firmes, para “no caer en la tentación de hacer algo que esté fuera de lugar”.