(Mateo 10, 26-33) Hay tantas ocasiones en la vida para tener miedo…: la enfermedad de un ser querido, el futuro de los hijos adolescentes, la pérdida del cariño de los que más nos importan, la falta de un trabajo que nos permita seguir adelante, un sinfín de problemas que se acumulan y te tambalean… Muchas ocasiones y todas ellas reales, cercanas.
¿Cuáles son tus miedos ahora? ¿Qué es lo que te preocupa hasta a veces quitarte el sueño?
No te angusties. No te angusties nunca, que el amor nadie puede quitártelo. Somos lo que amamos, no el dinero que tenemos, ni los bienes que poseemos, ni la fama que nos quieran dar, ni siquiera la salud de la que disfrutemos. Somos lo que amamos, y el amor nadie te lo puede quitar.
Lucha por la vida; pelea desde temprano por aquello en lo que crees; no te dejes vencer por la sensación de fracaso. El único fracaso posible en el camino de la vida es el derrotismo. Nuestro Dios es Padre. Nuestro Dios se entregó a la cruz para salvarnos. Nuestro Dios quiere habitar en el fondo de tu corazón y de tu vida. Sintiéndote amado y entregándote a la vida, en las circunstancias que vayan tocando, nada puede tumbarte.
“¿No se venden dos pajarillos por unas monedas? Pues ni uno de ellos cae en tierra sin que lo sepa el Padre. ¡Cuánto valéis más vosotros que los pájaros!”. Ánimo