La cercanía de sus comerciales y La celeridad transparencia son las principales bazas de la inmobiliaria nazarena
La inmobiliaria Al Sur lleva cuatro años trabajando en el campo de la compra y venta de inmuebles en Dos Hermanas. Francisco Barbero Jurado tiene diez años de experiencia en el sector y después de trabajar por cuenta ajena decidió abrir su propio negocio, en su casa al principio y en una oficina después, con mucho esfuerzo y con dificultades, como todos los comienzos.
Ahora, ya consolidado en la ciudad, Al Sur ofrece todo tipo de servicios inmobiliarios, desde venta de viviendas, tramitación de hipotecas, declaraciones de herederos y descalificaciones de inmuebles. “Todo ello siempre con la mayor celeridad, honestidad y claridad en las cuentas con los clientes”, dice Francisco. Esta es una de sus principales características dentro de un sector donde la competencia es muy grande. Los comerciales de Al Sur asesoran al cliente desde antes de ver ninguna casa, ofreciéndoles lo que más les conviene según sus intereses e ingresos “porque así no pierden el tiempo”, sigue Francisco. Así, se estudian los ingresos del cliente, se calcula la hipoteca y se le preparan las visitas, para luego, si se realiza la venta, tramitar la hipoteca más adecuada a sus necesidades. “Lo que más solicitan los clientes es que la hipoteca se adecue a sus ingresos. Y también piden más pisos que casas, sobre todo de segunda mano para empezar y, una vez que mejore la economía, volver a plantearse otra compra”, explica el gerente.
El auge inmobiliario ha sufrido actualmente un receso debido a la subida de los tipos de interés y Al Sur ha notado ese descenso, aunque según Francisco “el volumen de negocio es mayor en lo que va de año que en el mismo periodo de 2006, a pesar de que los sueldos no suben pero el precio de la vivienda sí”. También la saturación del mercado inmobiliario es un problema en el que hay que pensar, pero Barbero comenta que “el mercado en realidad no está tan saturado, sobre todo en Dos Hermanas, que está creciendo mucho y atrae a mucha gente de Sevilla, además de la entrada de inmigrantes, que son una clientela potencial para este sector”. Por otra parte, asegura que “el boca a boca es lo que más funciona en este negocio. Si los clientes están contentos, se lo dicen a otros, y así nunca nos falta clientela”.
Trato personal y
transparencia
El boca a boca funciona también gracias a la labor de los comerciales de esta empresa. “Aparte de mí, hay tres comerciales y queremos ampliar a más, ya que el negocio va evolucionando favorablemente. El trato personal es muy importante para nosotros, y por eso lo que busco en un comercial es que sea agradable en su relación con los clientes, que sepa asesorarlo correctamente y que sea siempre sincero”, afirma Francisco. “Aquí la gente entra sin tener una idea clara y nosotros asesoramos a todo el mundo en cualquier campo”.
La profesionalidad es otro rasgo distintivo de Al Sur, que se enorgullece de la transparencia en sus operaciones y también de prestar sus servicios una vez que la transacción está hecha. “Nosotros no nos olvidamos del cliente cuando ya hemos realizado la venta, sino que seguimos ahí después por si surgen problemas con la tramitación de escrituras o con las gestiones bancarias. Entonces volvemos a sacar el expediente y se asesora de nuevo. El trabajo no termina con la venta o la firma en la notaría, sino que se continúa con un seguimiento posterior”.
Debido a la buena marcha del negocio, Francisco decidió hace un año abrir otra sucursal en la Avenida Los Pirralos, Aginsur, que también está registrando una buena evolución. “Nuestro crecimiento es gracias a los nazarenos que todos los días confían en nosotros, eligiendo la profesionalidad y la honestidad”, afirma el gerente.
El mercado de la vivienda
A pesar de que los tipos de interés han subido, el mercado inmobiliario sigue creciendo. En Andalucía, según el Ministerio de Vivienda, se buscan unas 30.600 viviendas, en su mayor parte de tipo multifamiliar y unifamiliares adosadas. El porcentaje de promociones de vivienda residencial de tipo libre que se busca es del 68%, muy por encima de la vivienda de protección oficial. El precio máximo que un andaluz está dispuesto a pagar por metro cuadrado construido es de 1.164 €, aunque para ello tenga que solicitar una hipoteca. Según datos de 2006 del Instituto Nacional de Estadística, en Andalucía hay 25.966 hipotecas concedidas, por un valor de más de tres mil millones de euros.
