La arquitectura escandinava se caracteriza por ser sencilla, funcionalista y de espíritu práctico. ‘Swedish grace’ es una expresión que se acuñó en los años 20 y traducido al castellano significa ‘elegancia sueca’. Este estilo construye su identidad con líneas limpias, simplicidad, colores claros y materiales naturales. Se basa en tres componentes: belleza para todos, objetos o edificios cotidianos más estéticos y el paso de los artistas al sector industrial. Es curiosa la gran diferencia que hay entre la arquitectura rural y la urbana. Las casas de campo suelen ser construidas en madera de color rojo burdeos o amarillo mostaza. Y si le añadimos un lago y un reno tenemos la típica imagen postal de Suecia.
Los edificios de Estocolmo son a primera vista como los de cualquier otra capital, pero algunos incluyen esos rasgos nórdicos mencionados al principio, como el estilo minimalista y el color blanco. Un ejemplo es el conocido Nordic Light Hotel, uno de los hoteles más estéticos de Estocolmo.
El valenciano Santiago Calatrava (creador del Puente del Alamillo de Sevilla entre otros proyectos), es uno de nuestros arquitectos más renombrados a nivel mundial, y el creador de lo que puede ser el diseño arquitéctonico más emblemático de Suecia. El “Turning Torso” o “Torso en Giro” es con sus 190 metros el edificio más alto de Escandinavia. La torre está localizada en Malmö, al sur del país, fue inaugurada en el 2005, cuenta con 147 apartamentos y se ha convertido en todo un simbolo del diseño ultra moderno.
Otro de nuestros genios internacionales, el catalán Ricardo Bofill, también ha puesto su grano de arena en el panorama arquitéctonico sueco. ”Bofils Båge” o “Arco de Bofill” es un conjunto de 320 viviendas que forman un arco semicircular. Se halla cerca del centro de Estocolmo, fue construido entre 1991 y 1992 y es una obra más modesta.
Y para terminar me quedo con una construcción que está localizada en Grythyttan, una ciudad al oeste del país. Descrita como ”divertida, entretenida, muy variopinta, realista y original”, se trata de una obra de arte que en su día estuvo localizado en nuestra tierra, concretamente en la Exposición Universal de Sevilla de 1992: es el Pabellón de Suecia. Los suecos se llevaron el edificio a su tierra al finalizar la Expo y ahora alberga la Escuela Superior de Restauración de Suecia.
Curiosidades del destino, ya que… ¿Quién me iba a decir que me iba a encontrar un monumento sevillano-sueco aquí?