La mujer se vuelve colorista y llamativa con un estilo ‘Marisol’ basado en los años setenta
E ste año el Ayuntamiento ha dispuesto una normativa por la que caballistas y cocheros deben guardar las formas en el vestir durante el paseo de caballos, con el objetivo de mejorar el aspecto de la Feria de Mayo para que el paseo sea más estético y se luzcan tanto caballistas como amazonas, que tendrán que ir acordes con el caballo y el carruaje. En el caso de los caballistas, lo que debe primar es el traje de corto tradicional, con sombrero de ala ancha, aunque este año será novedad la chaquetilla celeste y blanca de 500 rayas, que deja atrás el típico atuendo de mil rayas, menos a la moda.
A juego con el carruaje
Para los cocheros, el traje de corto, con chaqueta y pantalón gris de rayas, con sombrero de ala ancha, es lo apropiado para los coches que no sean de gran brea, mientras que para los carruajes más grandes y lujosos los cocheros deben ir ataviados de bandoleros, con pantalón negro, chaqueta roja o verde de terciopelo, camisa blanca y sombrero de pico también de terciopelo. En el caso de las amazonas, según monten a la española o a la inglesa, las mujeres llevan zahones o falda negra, chaquetilla corta y blusa blanca, y sombrero, que puede ser un tocado pequeño de terciopelo o el típico de ala ancha.
Vuelven los setenta
En cuanto a los trajes de flamenca, este año se llevan especialmente las telas de encaje, semejantes al croché, en trajes cortos y semicortos. Esta moda setentera se afianza con colores fuertes y el marrón como protagonista. La exhuberancia se nota también en los complementos, todos ellos de gran tamaño: flores muy altas, casi en el flequillo, pendientes muy grandes, así como la peineta, sola y sin más adornos, y collares de cuentas de colores. Frente a la discreción de años anteriores, se imponen los complementos exagerados y llamativos.
Los zapatos se convierten también esta temporada en imprescindibles: sandalias de tacón si se combinan con trajes cortos y zapatillas de esparto de colores si se opta por el traje largo. Los bolsos a juego con el vestido siguen desbancando a la faltriquera y además este año llegan en distintos formatos. El mantoncillo, otra de las prendas básicas en la feria, vuelve, aunque también se reinventa en forma de gargantilla con flecos, una fina tira de tela con flecos largos, que se lleva también en el cuello, si es que el collar de cuentas parece demasiado arriesgado.