No deja de sorprenderme
el efecto tan notorio
-casi de un abracadabra-
que tienen ciertas palabras
si las nombra el Consistorio. Y entre tantas expresiones
que impregnan las elecciones
con su tufo peculiar,
la más bella del lugar;
la más preciada prebenda,
sigue siendo el recurrente
político y sugerente
recurso de la vivienda.
Luego, la imagen curiosa:
una cola esplendorosa
de unos cuantos centenares,
que con sueños por millares
madrugaron su paseo
siguiendo al piso su pista,
sin entender, que la lista,
era tan sólo un tanteo.
Pues de todo, lo indignante,
lo triste y lo más insultante
que en la cola se produjo,
fue ver mendigar un techo
vendido como un derecho,
y comprado como un lujo…