El pasado viernes fueron incinerados los restos mortales de Carmen Rubio Terrero, un claro ejemplo de mujer luchadora que convivió durante más de diez años con la esclerosis lateral amiatrófica (ELA), una enfermedad neurológica que va mermando paulatinamente la movilidad muscular.
Recientemente, Carmen, había presentado en Sevilla su libro Ojos que Hablan, un relato en el que daba a conocer su lucha contra la ELA y un alfabeto, ideado por su autora, para comunicarse a través de los párpados. Para ello, su autora, había estructurado el abecedario en tres partes, de la B a la L, de la M a la Z y las vocales por otra parte. Según el número de parpadeos, sus cuidadoras y familiares iban descifrando su mensaje.
Según declaró a esta publicación en una entrevista concedida en el mes de octubre, la enfermedad nunca había sido un impedimento para ella, ya que, en la medida de lo posible, seguía desarrollando su actividad como psicóloga.