Crónicas de un viaje accidentado
Al fondo incluso se puede contemplar el pico Aneto ya en Huesca, siendo el más alto del Pirineo con 3.434 metros de altura, sobresale entre todos, totalmente nevado.Tras una hora y media de recorrido y con un sol achicharrante, por fin acariciamos con la vista las cristalinas aguas del lago. En vez de bajar y refrescarnos, tenemos que rodear el collado hasta llegar justamente en frente tras una media hora de recorrido.
El esfuerzo merece la pena, la vista aquí es impresionante. A la izquierda el estany (lago) de Montanyó y a la derecha el de Garrabea, y ya tocando con los límites de Francia el estany de Rosario y tras éste, unas imponentes moles graníticas en forma de montañas hacen que este lugar sea espectacular.
Ahora sí toca refrescarse en las frescas aguas del lago. Tras un merecido descanso, mantengo una amplia conversación con Oriol (nuestro guía), se me olvidó comentar que esta ruta hay que hacerla con alguien que conozca el camino, ya que está sin señalizar.
Oriol, es un catalán con un tremendo conocimiento de todas las montañas del Pirineo, no hay pico que no conozca.
Yo, en forma de broma le pregunto con mapa en mano:
Oriol, ¿qué nombre y altura tienen todos aquellos picos ? ….. Y antes de que casi terminase la pregunta ya me estaba respondiendo. Es un enamorado de todo lo que se llame montaña.
De vuelta por el Pla de Montanyó, son decenas de ciervos los que podemos contemplar por el camino. En grupos de 4 ó 5 corretean por los valles y en algunos bosquecillos formados en las laderas de las montañas.
Tras pasar un riachuelo con una gran variedad de flores alpinas nos espera una fuerte subida que con un desnivel de 300 o 400 metros coronamos los 2.400 metros de altura, donde la vista es espectacular.
Abajo, nuestros coches de forma diminuta nos indican el camino de vuelta.
• Subida a los lagos de Gerber.
Para llegar a este bello lugar, partiremos de Valencia D’Aneu dirección al Port de la Bonaigua. Después de unos 10 kilómetros por carretera llegaremos a una estación de telesillas (Bonaigua 1.900), donde aparcaremos el coche.
La senda que suavemente va ascendiendo hasta los 2.140 metros, nos acercará a los lagos después de 3 horas de camino. El recorrido es cómodo y agradable, ya que está rodeado de zonas boscosas y con algunas caídas de agua. El valle se escalona en pequeñas terrazas, cada una con su lago correspondiente. En medio del bosque la Estanyera y el estany petit preceden al estany Gerber.
El estany de Gerber seduce a primera vista. Este gran lago circular tiene las hechuras de un volcán dormido. Su aspecto exuberante se explica por la impresionante cascada producida por el agua procedente de lagos superiores.
Los frondosos pinos que hunden sus raíces en la orilla del lago y la inmensa diversidad de flora, unido a los grandes riscos y cerros que rodean al lago hacen que este lugar tenga una belleza innegable.
Una vez en el lago, el camino lo rodea por la parte izquierda, y empieza a subir fuertemente hasta los lagos superiores, donde se encuentran abrigados por un enorme circo de grande picos. Tras pasar una pequeña cascada, el camino desaparece y solo los pequeños montículos de piedra nos orientan sobre la senda a seguir.
De pronto, un fuerte grito se desprende de la boca de mi esposa, acompañado de un gran dolor exclama: ¡Quien me ha dado una pedrada en la pierna! En términos médicos se conoce como el síndrome de la pedrada cuyo diagnóstico es: rotura fibrilar gemelar.
En pleno circo glaciar, y a cuatro horas de camino por sendas estrechas, fuertes bajadas de piedras y con el acecho de una tormenta seguimos subiendo a los lagos superiores de Long y Redó, donde en un impresionante paisaje tomamos nuestro merecido picnic.
El regreso se hizo largo y penoso. Susana, que así se llama mi esposa, ayudada de un enorme palo en forma de bastón y solo con una pierna anduvo a duras penas el camino de vuelta. Tras una visita al hospital de Viella, el diagnóstico era claro: rotura fibrilar gemelar izquierda; utilización de muletas y tres semanas sin apoyar el pie.
• Bajada por el río Noguera Pallaresa en rafting
Desde la localidad de Llavorsí hasta Rialp son 14 kilómetros de aguas rápidas que discurren por el río Noguera Pallaresa, es un lugar ideal para aventurarse en una barca y hacer la bajada en rafting.
Son varias las empresas que se encargan de realizar esta actividad y una de ellas es Yeti, ubicada en el mismo margen del río y a solo 300 metros de Llavorsí.
Tras atender con todos los sentidos a las explicaciones de nuestro guía (cómo reaccionar en caso de accidente o de volcar ), y después de ataviarnos con un traje especial y un casco protector nos dispusimos a subir a la barca; mis hijos, cuatro muchachos israelitas y un servidor.
Con remo en mano, los pies bien sujetos en un amarre especial y con muchas ganas de disfrutar nos lanzamos al agua. En los primeros metros, la sensación es casi permanente, vamos a volcar. Pero rápidamente coges el ritmo y te empiezas a entusiasmar. Pegando tumbos en los márgenes del río, según fluya la corriente del agua, la bajada cada vez se hace más rápida. Las ramas de los árboles sobre nuestras cabezas las tenemos que esquivar y entre tanto nuestro guía nos alerta de los cuatro próximos kilómetros donde el rápido de la lavadora (que así se llama) nos puede inquietar. Tras volcar dos veces la barca y ayudándonos entre todos conseguimos continuar. Sin prácticamente tiempo para recuperarse las turbulencias de la barca nos hacían botar sobre la misma. Tras una hora y media de navegar llegamos a Rialp.
Es una experiencia única y por lo tanto la recomiendo.
• Pueblos del valle
El municipio de Alt Àneu está constituido por 8 núcleos de población que se distribuyen a lo largo de los valles formados por la Noguera Pallaresa y el río de la Bonaigua, ocupando una superficie de casi 200 km., con una población total de 422 habitantes. Desde el punto de vista administrativo, el Alt Àneu es fruto de la fusión, a finales de los años 70, de los antiguos ayuntamientos de Isil, Son, Sorpe y València d’Àneu, con sus respectivos agregados. En la actualidad, cuenta con dos entidades municipales descentralizadas de reciente creación: la de Isil y Alós, y la de Sorpe. Desde el punto de vista histórico-cultural, el municipio es inseparable de la historia de las Valls d’Àneu, a las que pertenece, un territorio caracterizado por una rica tradición milenaria y un patrimonio natural y cultural de interés remarcable. En los rellanos de los valles, cerca de los ríos, se sitúan los pueblos, que mantienen una arquitectura tradicional pirenaica.