El pasado día 30 de junio, Francisco de Dios Martín leyó tu tesis doctoral, titulada ‘Las visitas de inspección a la escuela primaria en el Distrito Universitario de Sevilla (1857-1900)’, en el Aula de Grados de la Facultad de Ciencias de la Educación de Sevilla; tesis por la que ha recibido Sobresaliente Cum Laude. Un estudio que le ha llevado cinco años y en el que ha puesto todo su empeño.
Francisco de Dios Martín es un Licenciado en Pedagogía por la Universidad de Sevilla que ha hecho de todo en la vida, aunque su verdadera pasión es el campo de la investigación en el terreno de la educación y las ciencias humanas y sociales. Natural de Dos Hermanas, es un asiduo colaborador de la Revista de Feria, para la que presenta cada año interesantes artículos sobre la parcela educativa en la ciudad. Su tesis doctoral ha consistido en un amplio estudio, que se inició en el año 2001 y en el que ha recopilado más de once mil visitas de inspección y ha consultado casi 200 legajos. Un arduo trabajo en el que ha estado dirigido por las profesoras y doctoras Consolación Calderón España y Ana María Montero Pedrera.
¿Cómo surge la idea de dedicar su tesis a este tema tan concreto?
La idea de la tesis surge a partir de un trabajo anterior dedicado a las escuelas primarias en Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra y Utrera que presenté para la suficiencia investigadora. De ahí tomé el tema de las visitas de inspección, que es un aspecto más cuantitativo, aunque en la tesis hay todo un capítulo dedicado al estudio cualitativo de este fenómeno en el siglo XIX.
¿De qué forma ha desarrollado el tema en su tesis doctoral?
Me decanté por el tema de las visitas de inspección porque existen muchos problemas de catalogación de las escuelas e incluso no sabía ni cuántos documentos existían al respecto. Así que al final el mayor de los objetivos fue catalogar las visitas de inspección en el distrito universitario de Sevilla en un tiempo concreto, de 1857, año en que se promulga la Ley de Instrucción pública, hasta 1900, en que se crea por primera vez de forma independiente el Ministerio de Instrucción Pública, que hasta entonces había dependido siempre de otras instituciones.
Ha sido un proceso largo que le ha llevado cinco años.
Sí, ha sido excesivamente largo por la cantidad de legajos que he tenido que consultar, 190, y con toda la inmensa cantidad de visitas que al final he recopilado: 11.761. Además la tesis se ha desarrollado sin estar becado y sólo con el apoyo y la dirección de dos profesoras del Departamento de Teoría e Historia de la Educación de la Universidad de Sevilla, Consolación Calderón y Ana María Montero.
¿Cuáles han sido los pasos que ha seguido para elaborar una tesis tan completa?
Lo primero fue saber con qué documentación contaba. Una vez localizada, la he ordenado por medio de diez criterios descriptores. Después se ha analizado toda esa información recopilada, tanto a nievel cualitativo como a nivel cuantitativo. Por último, se han extraído las conclusiones.
¿Cuáles son esas conclusiones a grandes rasgos?
En primer lugar es un reconocimiento a la gran labor que realizaron los inspectores de la época, que no se dedicaron sólo a un mero inventario de las escuelas, sino que hicieron un gran trabajo de orientación al profesorado que, en muchas ocasiones no contaba con los medios adecuados. Por otra parte, he sacado en conclusión que la continuidad en la filosofía de trabajo de la inspección ha estado basada en los cuestionarios que realizaban, donde se consignaba la información sobre las escuelas. Y, por último, he constatado mediante esta investigación, la gran diversidad de escuelas que existían en este periodo de tiempo: desde superiores a elementales, pasando por escuelas mixtas, de párvulos o de adultos.
¿Ha habido algo que le haya llamado la atención especialmente sobre lo que ha conocido a raíz de esta investigación?
Por ejemplo, el hecho de que en el siglo XIX hubiese escuelas mixtas o el hecho de que una misma ley se mantuviese a lo largo de casi cincuenta años, con toda la inestabilidad política y los cambios políticos y sociales de la época.
¿Ha habido algo especialmente interesante que se desprenda de ese estudio aplicado a Dos Hermanas?
Más que nada he conocido algunos datos sobre el profesorado, maestras que han permanecido en la misma escuela durante 25 ó 30 años o el hecho de que las mujeres ganaban en las escuelas un tercio menos que los hombres y se consideraba totalmente normal.
¿Ha encontrado alguna similitud con la escuela en la época actual?
Hay algunas coincidencias, si comparamos, pero sobre todo se entiende mucho mejor lo que se está viviendo ahora habiendo hecho esta radiografía del siglo XIX. Hay que estudiar el pasado para conocer el presente y que nos sirva de guía para el futuro.
¿Qué ha supuesto este proyecto en cuanto a lo personal?
Sobre todo ha supuesto un reto muy grande. Nunca pensé que llegaría hasta el final, a juzgar por la cantidad de información que encontré y el tiempo que me ha llevado. Pero sobre todo he aprendido muchísimo acerca de la legislación educativa del siglo XIX, que se mantuvo sin grandes cambios a pesar de la inestabilidad de los sistemas políticos.