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Inicio La Cultura La película Bizarro triángulo amoroso

Bizarro triángulo amoroso

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Fotograma de la pelícual ExpiaciónEXPIACIÓN 

Ganadora de dos Globos de Oro hace apenas un par de días (los de mejor película dramática y mejor banda sonora, que no es poco), Expiación -jamás entenderé esa costumbre tan hispana de añadir un subtítulo explicativo, ausente en el original, para la versión doblada- se perfila como una de las favoritas para los próximos Oscar, cuya gala también corre peligro (si el conflicto de los guionistas continúa sin arreglarse para entonces). 

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Reino Unido, 2007. (130’)
Título original: Atonement.
Director: Joe Wright.
Producción: Tim Bevan, Eric Fellner, Paul Webster.
Guión: Christopher Hampton, basado en la novela de Ian McEwan.
Fotografia: Seamus McGarvey.
Música: Dario Marianelli.
Montaje: Paul Tothill.
Intérpretes: James McAvoy (Robbie Turner), Keira Knightley (Cecilia Tallis), Saoirse Ronan (Briony Tallis, 13 años), Romola Garai (Briony, 18 años), Brenda Blethyn (Grace Turner), Juno Temple (Lola Quincey), Harriet Walter (Emily Tallis), Felix von Simson (Pierrot), Charlie von Simson (Jackson), Patrick Kennedy (Leon Tallis), Benedict Cumberbatch (Paul Marshall), Gina McKee (Hermana Drummond), Vanessa Redgrave (Briony anciana).

Basada en la exitosa novela homónima de Ian McEwan, Expiación, más allá de la pasión nos cuenta los entresijos de un extraño ‘triángulo amoroso’ entre dos hermanas y el mismo hombre, con la novedad (ausente en otros ejemplos del mismo asunto) de que una de las chicas tiene trece años, y él es el hijo del ama de llaves de la acomodada familia a la que ambas pertenecen.

La historia comienza en un caluroso día de verano de 1935, en Inglaterra. La familia Tallis prepara una fiesta en su mansión victoriana para celebrar la llegada de Leon, uno de los hijos de la familia. El opresivo calor y el surgimiento de emociones y sentimientos que hasta entonces habían estado reprimidos crean una sensación de peligro. De hecho, una serie de catastróficas casualidades y malentendidos llevan a Briony, la hija pequeña de la familia, una chica con una imaginación desbordante y que quiere ser escritora, a acusar a Robbie (el hijo del ama de llaves y amante de su hermana Cecilia) de un delito que no ha cometido.
Expiación está estructurada en tres actos, tomando como eje central y articulatorio de la trama al personaje de Briony. El primero es apabullante, y es el que consigue atrapar al espectador. La fuerza de las imágenes, del montaje (enfrentando dos versiones de los mismos hechos, hasta en tres situaciones distintas), y utilizando la magnífica partitura de Dario Marianelli, que se apoya en los sonidos reales de las imágenes (máquinas de escribir, golpes a un coche…) como elementos de sus melodías, es la que marca el ritmo y da las pautas de calidad que tiene la película. La segunda parte, el paréntesis de la guerra, baja un poco el nivel, y en ocasiones (pese a tener las imágenes más portentosas y, quizás, las estéticamente más logradas) la historia se hace pesada. Es en el tercer y último acto, desde que los tres vértices del triángulo se reencuentran, cuando todo el interés vuelve y la historia retoma toda la fuerza del comienzo.

Esta es la segunda película de Joe Wright, y pese a ser un ‘recién llegado’ está haciéndose un hueco y empezando a ser reconocido por la crítica especializada, con esta Expiación y su primera obra (Orgullo y prejuicio), en la que también le dio el papel principal a Keira Knightley,  quien le debe gran parte del prestigio que está adquiriendo a las dos cintas de Wright, que son precisamente (junto a Quiero ser como Beckham) las que le han dado los premios más prestigiosos que ha recibido y las que la han llevado a estar nominada a dos Globos de Oro y a -de momento- un Oscar.

Pero no es Keira la actriz que más brilla, sino la jovencísima Saoirse Ronan la que verdaderamente sorprende, y la única intérprete que ha recibido algún premio por esta cinta, y eso que el reparto tiene grandes nombres. Es ella la que marca el ritmo y la intensidad de los actos, en un filme que, salvo algunos breves momentos de bajón, tiene todos los ingredientes para estar presente entre las candidatas a los próximos Oscar, si es que finalmente se celebran.

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