Alta calidad y un servicio esmerado son las claves de su éxito entre los amantes de la cocina
En Dos Hermanas la gente sabe comer y es muy exigente con la calidad, o al menos es lo que afirma José María Rosa Pozo, dueño del restaurante ‘Casa Chema’, copropietario del negocio junto con su mujer Anabel Ruiz Rubio. Ambos comparten el gusto por el mundo de la hostelería y han montado este restaurante para conseguir uno de los mayores sueños de su vida: tener un negocio propio. Ahora, después de casi un año y medio que el restaurante lleva abierto han crecido con una progresión asombrosa, aunque todavía les queda mucho por crecer, dicen los dos.
Especialidades en carnes
Pero, ¿cuál es el secreto de su éxito entre los comensales nazarenos? “Nuestra carta de presentación es una apuesta segura por la calidad y la especialización en carnes de vacuno”.
Una especialización que pasa por la calidad, pero también por la variedad. Actualmente en ‘Casa Chema’ se pueden degustar hasta siete tipos distintos de carne de res, desde ternera de Ávila, ternera blanca lechal, buey argentino, carne de retinto, de León, solomillo blanco, así como carnes de cerdo, pescados y mariscos.
“Nosotros sólo trabajamos con las empresas más selectas, con las carnes más seleccionadas y empresas de calidad certificada. Además, ponemos el precio más ajustado en relación a la calidad y al servicio que ofrecemos. Si damos un buen servicio, lo lógico es que el cliente repita”, comenta Chema. En el caso del pescado, se trae al restaurante tres veces en semana, lo que garantiza la frescura total del producto.
Los platos estrella y la buena mesa
En estos momentos el manjar que está haciendo furor entre los clientes de ‘Casa Chema’ es la ternera blanca lechal, que se trae de una ganadería que sólo mata a 80 ó 90 piezas por año, por lo que es muy apreciada y difícil de conseguir.
Pero también está el solomillo al limón o solomillo nazareno, un plato de creación propia con el que han entrado a concurso de una prestigiosa firma hostelera. Además, también están las vieiras, el queso confitado con miel (una mezcla de queso a la plancha y miel hervida en la propia mesa del cliente, con cebolla caramelizada, también de creación propia) o el queso frito.
Claro que las carnes son protagonistas indiscutibles de las reuniones, las celebraciones y cualquier comida que se celebra en este local, que ofrece siempre el mejor servicio.
Para que este servicio sea el mejor, las carnes se sirven crudas en la mesa y se hacen en parrilla al gusto del cliente, donde también se trincha el pescado sin necesidad de que los comensales se manchen las manos.
Abrirse a la empresa
Uno de los objetivos de Chema y Anabel, además de innovar constantemente en sus platos y renovar la carta, es abrirse al mercado de la empresa. En su restaurante, que cuenta con dos locales, uno para fumadores y otro para no fumadores, en los que caben hasta 150 comensales, ya se celebran acontecimientos como bodas, comuniones y bautizos.
Pero también tienen cabida reuniones y comidas de empresa, “un sector en auge y al que en Dos Hermanas no se le da la importancia que merece. En la mesa se cierran muchos tratos y nosotros ofrecemos la oportunidad de un buen servicio, a buen precio, con un ambiente agradable y calidad en los productos”, dice Anabel.
Por eso todos sus esfuerzos van destinados a que los empresarios “se queden en Dos Hermanas y no tengan que irse fuera a celebrar este tipo de reuniones. Nuestra meta ha sido siempre montar un buen restaurante y ser punto de referencia para las empresas que quieran disfrutar de una buena comida”, corrobora Chema. “Muchos de nuestros clientes son gente de empresa que viene aquí todos los días a comer, por eso queremos dar un buen servicio a la empresa”.
Sueños cumplidos
Partiendo de cero y con su esfuerzo como mejor arma, Chema y Anabel han montado este restaurante, que ya estaba pensado hasta el mínimo detalle en sus mentes, desde la decoración, hasta la vestimenta, pasando por la carta o la ambientación del local.
Con todas sus ilusiones y sus ahorros puestos en este negocio, poco a poco se han ido haciendo con un hueco en el itinerario gastronómico de la ciudad y están orgullosos de que “el 99 por ciento de los clientes, repiten”, dicen los dos. Amantes de su trabajo, no sólo sirven las mesas, sino que explican a los clientes cuáles son las diferencias entre los distintos tipos de carne, asesoran para la elección del vino y se muestran encantados de que los platos diseñados por ellos mismos tengan tanto éxito.
Dedicación y un buen equipo
Chema y Anabel son el alma de este restaurante, que ella, sobre todo, cuida como de otro hijo, para que los salones sean lugares acogedores y los clientes se sientan como en casa. Pero también resaltan que su equipo de cocina y sus camareros son piezas fundamentales de este negocio, que ofrece calidad y servicio.
Casa Chema
Calle Monfragüe, 73
Teléfono. 95 533 93 05
