Una vez más se cierra el año con más casos de violencia de género. El año pasado fueron un total de 64 mujeres asesinadas y 4 bebés. La cifra supera la de años anteriores: en 2014 y 2013 fueron 54 víctimas y 52 en 2012, desde que comenzaron a recogerse estos datos, en 2003. Sin contar muchas más muertes que siguen y seguirán produciéndose a manos de este problema social, económico, cultural… porque desgraciadamente parece que económicamente este problema es rentable, como bien muestran las ayudas como la Ley de Dependencia inexistente en este momento.
Porque ofrecer a la sociedad ayudas para hacerles la vida más fácil a las personas le cuesta el dinero al Estado, nuestro dinero, nos están robando lo que es nuestro.
No! Es más fácil continuar dejándonos los problemas a nosotras y nosotros, con más precariedad laboral, menor conciliación familiar y laboral, más estrés, generando más violencia y frialdad ante los problemas inter e intrapersonales.
Hemos perdido gran parte (por no decir toda) la lucha que nuestros antepasados/as han conseguido, derechos ciudadanos conseguidos a costa de muchísimas muertes.
¿Qué estamos haciendo mal? Se llama Pasividad Social. Aún continúa sorprendiéndonos cuando escuchamos decir ¿eres feminista? En tono de burla,
¿Qué es el feminismo? No es más que la igualdad real entre hombres y mujeres, mismos derechos en todos los niveles de la vida, sin distinción de género, como personas todas y todos.
Y… ¿por qué es tan importante la igualdad entre los géneros? Porque es requisito indispensable para superar el hambre, la pobreza, las enfermedades, luchar contra la violencia, conseguir un control equitativo de los recursos, mejorar la toma de decisiones en la vida pública y privada, sin olvidar que la educación en valores comienza en casa, desde los más pequeños con una adecuada actitud frente a sus juguetes, haciéndolos críticos y lo más importante, ellas/os mismas/os, desmontando así, los prejuicios en la forma de ser y estar en el mundo del niño/niña, hombre/ mujer, comportamientos, actitudes, que se categorizan en función del género. Debemos desmontar la cultura del patriarcado equilibrando la balanza de poder entre mujeres y hombres.
Si todas y todos nos tratásemos igual, los hombres serían más sensibles, se ahorrarían muchos sufrimientos, al poder demostrar abiertamente sus sentimientos y las mujeres seríamos más valoradas. Cito una frase que muestra lo que queremos haceros llegar: “Si pudiéramos ver en el corazón del otro y entender los desafíos a los que se enfrenta a diario, nos trataríamos con más gentileza, paciencia, tolerancia y cuidado”
Este año ya sumamos un total de 6 asesinadas. La escalofriante cifra de 700 mujeres asesinadas en la última década, nos deja una cifra desoladora que no podemos pasar de largo, porque cada una de nosotras y nosotros somos parte de la solución y tenemos mucho que aportar para que cambie poco a poco la sociedad, ya que tenemos derechos ciudadanos y responsabilidad personal y social. No podemos continuar mostrándonos pasivas/os ante abusos o maltratos presenciados, porque nuestra ayuda en un momento puntual puede salvar una vida…
Si aún continúan creyendo que la exclusión, desigualdad, pobreza, injusticia, no tienen nombre de mujer, arrojaremos algunos datos contrastados:De los 1.000 millones de personas que viven en situación de pobreza en el mundo, el 70% son mujeres, más del 70%, de los 1.000 millones de analfabetos, son mujeres, existe escasa o nula presencia de mujeres en la adopción de decisiones que la llevan a sufrir explotación salarial, precariedad, falta de promoción, la discriminación negativa en los medios de comunicación es evidente, no tenemos más que ver los anuncios, noticias, etc, con algo de ojo crítico para ver que no ofrecen imágenes equilibradas, ni reales, ni visibilizan su aportación a la sociedad, en todo el mundo existe discriminación infantil: infanticidios, explotación sexual y violencia.
Sigue existiendo violencia de género en todas las sociedades, sin distinción de clase social o cultural.
Desde la Asociación de Mujeres Grupo de Teatro “Piruetas” gritamos: Hay salida, sólo hay que confiar y buscar ayuda y luz. Ni una más, por favor. Las mujeres deben ser libres, lindas y locas, pero sobre todo vivas y libres.
