El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha reclamado una investigación sobre la muerte de Gadafi, a la que deberían sumarse todos los países civilizados. En el contexto jurídico legal de las convenciones internacionales auspiciadas por la ONU reconocen el derecho a un juicio justo a cualquier acusado de crímenes contra la humanidad, y las ejecuciones por parte de los captores están estrictamente prohibidas.
Las imágenes que hemos podido ver en televisión filmadas con teléfonos móviles, con el dictador malherido y acosado por la turba furiosa, son absolutamente terroríficas e inhumanas, como lo es la exhibición de su cadáver como trofeo de guerra. Es la imagen de un pueblo tiranizado convertido en verdugo, a la vez que hacían del tirano criminal una víctima, como sucede siempre cuando en vez de procesarle conforme a reglamento jurídico, se le ajusticia impunemente.
Estas imágenes además de desacreditar el derecho internacional y el derecho humanitario, convierten en inmoral la nueva sociedad que pretenden poner en marcha sus autores, aunque se presenten como liberadores del pueblo de una dictadura cruel. Las imágenes de Gadafi linchado y ejecutado por sus captores no auguran nada bueno para el futuro de Libia, la violencia y el odio de esta gente revelada en armas contra el criminal dictador, los pone al mismo nivel que Gadafi al instaurar los actos criminales y la venganza como pauta de conducta.
Las nuevas autoridades que surjan de esta contienda tienen que depurar las responsabilidades de los autores. De lo contrario harán participe injustamente a todo el pueblo Libio, manchando su justa lucha por la libertad con esta barbarie, así como a los países occidentales que han participado en esta guerra civil entre ellos España, y debería ser la Corte Penal Internacional quien lo haga.
