La calle Divina Pastora cuenta desde este viernes, día 28, con un azulejo que conmemora que la primera procesión que ha pasado por esta céntrica vía de Dos Hermanas fue la de Santa Ana. Así ocurrió el día 26 julio de 2022, cuando los vecinos y vecinas de esta calle se echaron a la calle para recibir a la que desde ayer es ya su vecina más ilustre, gracias a este azulejo con su imagen colocado por la hermandad.
Un acto que contó, además de con la hermana mayor de Santa Ana, Eva María Ramírez, con el alcalde, Francisco Rodríguez García, y parte de su equipo de gobierno, así como con el párroco Manuel Sánchez de Heredia, encargado de bendecir el azulejo. Además de los vecinos y vecinas y otras personas que se acercaron para presenciar este acto.
Pequeña historia de amor
La hermana mayor de Santa Ana definió este evento como «un acto de agradecimiento y poder materializar algo que viene de lejos, una pequeña historia de amor entre la calle Divina Pastora y la hermandad , que comenzó a raíz de algo bastante negativo: la pandemia«. Una situación, recuerda Eva Mª, «que nos robó lo que pensábamos que teníamos seguro, nos robó la vida, nuestras fiestas y tradiciones, nuestra libertad, el poder salir a la calle».
Durante ese tiempo, «a través de las redes sociales, estos vecinos y vecinas hicieron una labor espectacular y recuerdo como cuando llegaba una fiesta engalanaban la calle como si no pasara nada, diciendo que de esta íbamos a salir con más fuerza». Ellos, prosiguió, «mantuvieron la esperanza y la ilusión y nosotros, después de aquello, pensamos que de alguna manera teníamos que agradecérselo y, qué mejor, que trayendo a la Patrona«. La hermana mayor recordó que «los vecinos se volcaron de una manera impresionante y lo que vivimos en esta calle se queda para nosotros. Es algo muy difícil de describir, pero muy fácil de recordar. Esta calle era un hervidero, en la que reímos, lloramos, se dijeron vivas… Disfrutamos de tal manera que no queríamos que la calle se terminara y Santa Ana tampoco quiso, por eso cuando llegó a la esquina del Callejón Cruz se volvió sobre sus pasos, sobre los pies de sus costaleros porque no se quería ir de esta calle».
Por eso, después de lo vivido, la hermandad ha querido que «Santa Ana no se vaya de la calle, ya que se tiene que quedar como una vecina mas de Divina Pastora, la calle de la Patrona, la calle de Santa Ana y eso es lo que hemos hecho con este azulejo». Además de para agradecer a los vecinos que «nos hayan devuelto ese sabor de pueblo, en el que se sentaban en la puerta de sus casas como hacéis vosotros, y charlaban y hacían flores, se cuidaban unos a otros y nunca se sentían solos».
Toda la ciudad se vuelque con su patrona
Jose, vecino de la calle, quiso agradecer este «hermoso gesto de la Hermandad de Santa Ana» y dejar claro que «esta calle tiene en cuenta que es la Patrona de Dos Hermanas, pero debe ser toda la ciudad la que hiciera lo mismo que nosotros hacemos». Y que todos los vecinos y vecinas «se vuelquen con su Patrona como lo hacen en todos los pueblos». Animando a las personas que vivan cerca de donde pase Santa Ana en su procesión a «adornar, en principio, un balcón y luego, una casa… Así empezamos nosotros».
Antes de la bendición del azulejo, el párroco de Santa María Magdalena recalcó que «el azulejo, que tiene la imagen de Santa Ana, la patrona de todas las calles de Dos Hermanas, es el primero que se coloca y se hace en una calle llena de vida, alegría y emotividad, de la que es vecina privilegiada». Manuel Sánchez de Heredia apostó porque este azulejo sea «una extensión de su capilla, por si hay personas enfermas en la calle o con movilidad reducidad, que no puedan acercarse a ella, al pasar por aquí puedan encomendarse a la Santa y sentirla muy cerca para que tengáis siempre el cariño de la abuela de Cristo».
El acto concluyó con una convivencia entre los vecinos y vecinas y las personas invitadas a esta jornada tan especial, para la que, como en el resto de ocasiones especiales, la calle fue engalanada y no faltó la banderola con el ¡¡Viva Santa Ana!! y la imagen de las dos hermanas, Elvira y Estefania que pintara Clemente Alcántara.