la torre
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Desde los primeros años del siglo XVIII (al menos, que tengamos referencias documentales) era costumbre en nuestra villa que durante las grandes solemnidades o con motivo de acontecimientos importantes se iluminase y engalanase la torre de la parroquia de Santa María Magdalena, emulando de esta forma (en la medida de lo posible) y salvando lógicamente las distancias, a la Giralda de Sevilla.

De esta forma, sabemos que en agosto de 1707 se colocaron luminarias en la torre-campanario con motivo del nacimiento del primer hijo del rey Felipe V, el que llegaría a ser Luis I de Borbón (1707-1724), de efímero reinado y más efímera memoria.

Casi un siglo más tarde, entre los gastos menores reseñados en las cuentas de la visita pastoral de 1801, están los que se hicieron para la adquisición de «unas cazolillas que se compraron para las luminarias en la elección de Nuestro Santísimo Padre» el año anterior. Se refiere, claro está, al Papa Pío VII (1800-1823), elegido pontífice en marzo de 1800, y cuyo pontificado estuvo marcado por la alargada sombra de Napoleón Bonaparte. También el 11 de mayo de 1814, con motivo de la celebración de la restitución de Fernando VII como monarca absoluto, tras los continuos repiques de campanas, se colocaron por la noche luminarias en la torre de la iglesia, que fueron vistas desde cualquier punto de la villa.

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Ya a finales de esa centuria, en la sesión extraordinaria de 22 de junio de 1886 celebrada por la hermandad de Valme, se acordó engalanar la torre de la parroquia «con las banderas que al efecto se hallaban preparadas y que para más lucimiento y engrandecimiento y pompa para la función se iluminase también la referida torre por la noche, designándose para esta dificultosa faena al hermano don Antonio Ponce, abonándosele por su trabajo lo que fuere de razón por ello». Y once años más tarde, con motivo del nombramiento de la Virgen de Valme como Protectora Celestial de Dos-Hermanas, el 22 de junio de 1897 la torre de la parroquia volvería a lucir «multitud de banderas, apareciendo por la noche profusamente iluminada», según refirió José Alonso Morgado.

Asimismo, se solía engalanar la torre campanario con motivo de las fiestas de Santiago y Santa Ana. Así, en julio de 1910 desde el consistorio se envió una carta al párroco en estos términos: «Habiendo dado comienzo el exorno de la plaza para la celebración de las fiestas que anualmente hay en esta población, le ruego autorice como en años anteriores se ha hecho a que se coloquen banderas en la torre de laparroquia, encareciéndole conteste dando su asentimiento para que por los trabajadores de este municipio se proceda a su colocación».

Pocos días más tarde, en la sesión de 17 de agosto de 1910, el concejal Francisco Hidalgo Oliva manifestó que «habiéndose dado otras veces una gratificación a los trabajadores que colocan las banderas en la torre de la iglesia por la exposición que tienen y no viniendo en las cuentas que se presentan, se extraña de ello, a lo que el Señor Alcalde le contesta que los mismos trabajadores que estaban efectuando el exhorno de la velada se habían prestado a colocarlas por el jornal, por eso no se había hecho gratificación alguna, pero que no se oponía a que se hiciese». Los capitulares acordaron dar facultad al alcalde para que del capítulo de imprevistos se diera la gratificación que viera oportuna.

Sin embargo, esa costumbre de engalanar e iluminar la torre pareció perderse, hasta que en la década de 1920 se decidió retomarla. De esta forma, en julio de 1927 se llegó a iluminar con luz eléctrica la torre con motivo de las fiestas patronales, existiendo testimonio gráfico de ello en la fototeca de la Universidad de Sevilla. Salvo esa excepción, a partir de la década de 1930, apenas se recurrió a esa vieja costumbre de engalanar la torre. Pero en octubre de 1982, con motivo de la visita del Papa San Juan Pablo II a Sevilla, volvieron a colocarse colgaduras en el cuerpo de campanas y banderas (nacional y de Andalucía) en el remate. Aquellas colgaduras llevaban los colores de la Santa Sede (blanco y amarillo) y de la Virgen de Valme (rojo y azul).

Finalmente, en los últimos años se ha engalanado la torre de la parroquia en numerosas ocasiones: 2015, 2018, 2020-2022, instalándose colgaduras (que llevaban los colores tradicionales de la Virgen de Valme) en el cuerpo de campanas de la torre, para celebrar los cultos y romería de la Protectora de la ciudad.

Foto del mes
Traemos a esta sección la presente fotografía fechada en la década de 1920, que perteneció a Josefa Peraza Rivas y que muestra a un carretero nazareno junto a su carreta tirada por una pareja de mulos. En este caso transportaba ladrillos. El oficio de carretero, aunque no lo parezca, jugó un papel destacadísimo en la economía nazarena de los siglos XVI al XIX. Muchas de las grandes fortunas de la localidad en esas centurias estaban en manos de carreteros, siendo los Carballido y los López de Mérida las dos principales familias de carreteros que han existido en Dos-Hermanas.

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