La Torre de los Herberos aguarda el inicio de la segunda fase de su proyecto de restauración, una vez culminados los trabajos de la primera, en la que ha salido a la luz su puerta original. Estas actuaciones se desarrollaron en el año 2019, entre los meses de enero y octubre, para diagnosticar su estado de conservación, según explica José María González, el arqueólogo director del proyecto.
Para ello, contando con la colaboración de la Universidad de Sevilla, se realizó un estudio fotométrico, mediante la técnica de levantamiento planimétrico en 3D con un escáner láser y la utilización de drones, como apoyo a los estudios de paramentos realizados en la torre.
En esta primera fase, explica José María, también se ha procedido a la limpieza de los muros de la torre y a la consolidación de la fachada exterior, descubriendo, tras una excavación arqueológica realizada en su primera planta, la puerta original y un silo o recipiente de líquidos.
Por ahora, explica el arqueólogo director, «los únicos indicios históricos de la torre que se tienen, mediante una datación relativa por el tipo de construcción, son a partir del siglo XIV, descartándose que sea un edificio romano o islámico«. Ya que, prosigue, los niveles romanos aparecen a dos metros por debajo de su cimentación, «donde se han encontrado restos de una vivienda del siglo II D.C.«.
A fin de precisar más en la datación de la torre, en la próxima fase se llevará a cabo «una serie de análisis en los muros y en los materiales que los componen que darán lugar a una fecha más exacta sobre la construcción de esta torre».
En la segunda fase, que se espera pueda comenzar el próximo año 2022, se actuará en el interior de la Torre de los Herberos, con la limpieza y consolidación de sus muros y de su coronación. En ella se ha descubierto, además de la puerta original, “un sistema hídrico que tenía esta edificación como distribuidor de líquidos o dispositivo de refrigeración”, comenta José Mª González. Además de realizar una excavación en su perímetro para conocer más de la torre y su entorno.
Estando pendiente aún una tercera fase, que “sería más de restauración que consolidación, pero respetando en todo momento cómo está a la torre, al tratarse de un Bien de Interés Cultural con todos los controles que eso supone», apunta el arqueólogo director.
Procedimiento
En julio de 2017, el Ayuntamiento aprobó en junta de gobierno local el proyecto de Actividad arqueológica y consolidaciones puntuales de la Torre de los Herberos. Este documento, realizado por el arquitecto municipal José Mª Boza Mejías, con la colaboración del arqueólogo José María González Jiménez y del restaurador Carlos Núñez Guerrero, contemplaba la realización de actividad puntual, análisis estructural y trabajos de consolidación de dicho entorno.
La finalidad de este proyecto pasaba por la documentación, estudio y consolidación de la Torre de los Herberos, desglosada en cinco objetivos claves. Por una parte la documentación de la secuencia estratigráfica de la torre para establecer las hipótesis históricas y los antecedentes del edificio y los yacimientos adyacentes para pasar, por otra, al análisis estructural arquitectónico, artístico y arqueológico para conocer la evolución de uso y funcionalidad de la torre.
Entre los objetivos también se encuentran conocer el estado de conservación y las directrices de actuación, así como la limpieza, afianzamiento y consolidación, respetando el estado actual de bien.
El 22 de enero de 2018, la Delegación Territorial de Cultura, Turismo y Deporte en Sevilla resuelve autorizar la Actividad Arqueológica Preventiva, de apoyo a la restauración de la Torre de los Herberos, bajo la dirección del arqueólogo José María González Jiménez, pudiéndose así comenzar la formación del equipo multidisciplinar antes mencionado para su ejecución.
Las obras se adjudicaron en julio de 2018 con un importe de 49.879,37 euros, y comenzarían el día 14 de enero de 2019.
Equipo técnico
El equipo técnico que está trabajando en este proyecto está integrado por siete personas, encabezado por José María Boza, arquitecto municipal, como coordinador; José María González, arqueólogo director; y Mª Isabel Baceiredo Rodríguez, como restauradora.