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El reverendo Domingo Real fue cura de la iglesia de Santa María Magdalena de 1566 a 1590. Al bachiller Zalamea le sustituyó en el curato nazareno este clérigo nacido en la villa pacense de Cabeza la Vaca hacia 1520. Antes de su llegada a Dos-Hermanas, consiguió licencia en 1548 para pasar a las Indias, concretamente a la Nueva España, desconociéndose si finalmente cruzó el Atlántico.

En los años que estuvo en nuestra villa, también se ganó rápidamente el respeto de los nazarenos. Juana de Amor, por ejemplo, le dio poder cumplido y bastante el 10 de mayo de 1568 para que en su nombre pudiera pedir y tomar los bienes de la legítima que le pertenecían de la herencia de sus padres y que estaban en manos de Juan Camacho, vecino de este lugar y administrador de los referidos bienes. Por su parte, Inés López mandó en su testamento que se entregasen al reverendo Domingo Real siete reales «para que los dé a çiertas personas que soy en cargo y le tengo dichas quien son». Y al no saber escribir pidió a este clérigo (y éste así lo hizo) que firmase en su nombre el testamento. Por otra parte, también vemos a este sacerdote como testigo en numerosas escrituras públicas de 1567.

En el período de 1576-1578, este reverendo residió en la ciudad de Sevilla, concretamente, en la collación de San Lorenzo, sin que se sepan, por el momento, las razones de su estancia allí. Finalmente, en 1590 abandonó de manera definitiva la villa de Dos-Hermanas, estableciéndose en la capital hispalense. Un año más tarde, el 15 de julio de 1591, el nazareno Francisco Román reconoció a favor de este clérigo un tributo situado sobre una heredad de viñas que compró al labrador Luis Rodríguez. sería la última vez que se le mencionaba en la documentación notarial nazarena.

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Licenciado Juan Riccio (o Rizio)

El licenciado Juan Riccio fue cura de la iglesia de Santa María Magdalena de 1590 a 1601. Es muy probable que perteneciera a una familia italiana afincada en Sevilla a principios del XVI, los Riccio, a la cual pertenecían los ricos comerciantes Jacome y Esteban Riccio. Tenemos constancia de que ya en 1573 estaba presente en Dos-Hermanas (aparece citado como testigo en el testamento de Juana Pérez, viuda de Pedro Martín, otorgado en octubre de ese año).

Sin embargo, se hizo cargo de la parroquia nazarena en 1590, tras la definitiva marcha de Domingo Real. Son muy escasas las noticias que poseemos acerca de su vida, y tan sólo hemos podido averiguar que el 22 de mayo de 1596, Juan Rizio, «clérigo presbítero y cura de la yglesia desta villa de Dos hermanas y vezino della», vendió a Benito Toaxos, vecino de esta villa, y a su esposa Catalina de Paz una heredad de viñas y tierra calma de tres aranzadas poco más o menos en el pago de Torremochuela. El precio convenido fue de setenta ducados.

El último dato que tenemos de este clérigo lo encontramos en marzo 1601, cuando Beatriz de Saavedra, viuda del caballero veinticuatro de Sevilla Cristóbal de Moscoso, lo nombró como su albacea testamentario. A partir de ese momento, no existe en los protocolos notariales nazarenos ninguna noticia más sobre él.

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