Las profesoras investigadas en un supuesto caso de “trato vejatorio” a una menor con Trastorno del Espectro Autista en el Colegio Cervantes no seguirán trabajando en este centro.
Así lo han informado el grupo de madres y padres que iniciaron a comienzo de curso una campaña de protesta al comprobar que la maestra de audición y lenguaje y la monitora de aula específica investigadas seguían en el colegio. Las familias del aula específica no estaban llevando a sus hijos e hijas a clase ya que, como explicaban, “no queremos que estén bajo el mismo techo que unas profesoras investigadas por estos motivos”.
Al parecer, según el escrito presentado, “los padres y madres del aula específica tienen miedo y no están llevando a sus hijos e hijas a clase, cuando se trata de un alumnado con características especiales y que necesita volver a la rutina”. Los padres y madres no se niegan a su “derecho a trabajar, hasta que haya una sentencia firme”. Pero, prosiguen, piden su marcha del colegio, ya que “existen muchos cargos dentro de la administración que podrían ejercer sin estar en contacto con los niños y niñas”.
Ha sido la propia delegación provincial la que les ha comunicado a las familias, en una reunión el pasado lunes que estas profesoras investigadas no seguirán trabajando en el centro. Por lo que, desde ayer martes estos niños y niñas con necesidades educativas especiales han retomado su curso escolar.
Los padres de la menor, con Trastorno Generalizado del Desarrollo con Trastorno del Espectro Autista (TEA), Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) y epilepsia, notaron comportamientos extraños en la niña. Sufrió dos crisis epilépticas en poco tiempo y desarrolló conductas autolesivas desconocidas hasta la fecha con importantes y habituales mordeduras en las manos. El 22 de abril de 2019 introdujeron una grabadora en la mochila de la menor, escuchando la actitud de las profesoras durante las seis horas de grabación. Por lo que la familia decidió denunciar este hecho ante los tribunales.
