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1861-1913 Federico Caro, el buen alcalde

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Entre las muchas personalidades políticas de la Dos-Hermanas de principios del siglo XX, destaca sobremanera la figura de un ilustre vecino: el médico Federico Caro Lázaro.

El que es considerado como el mejor alcalde de nuestra ciudad durante reinado efectivo de Alfonso XIII (1902-1931) había nacido en nuestra ciudad a las nueve y media de la noche del día 15 de marzo de 1861, siendo el sexto hijo de Agustín Caro Sánchez (1819-1887) y de María del Rocío Lázaro López (1829-¿?), naturales ambos de Dos-Hermanas. Su padre, médico y cirujano titular de Dos-Hermanas, pertenecía a una destacada familia de la villa, y fue muy querido en el pueblo por sus continuas pruebas de “abnegación y buena voluntad” en los años de graves epidemias. Por su parte, su madre era hija de José Lázaro García (1795-1877), un rico labrador de origen riojano y alcalde de Dos-Hermanas en varias ocasiones en la época de Isabel II.

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Federico Caro recibió las aguas del Bautismo dos días después de nacer en la parroquia de Santa María Magdalena, siendo sus padrinos su abuelo materno, el referido José Lázaro, y Adela Caro (¿acaso su hermana?). Al neófito se le impuso los nombres de Federico (muy posiblemente por el médico sevillano Federico Rubio, amigo de Agustín Caro), José (por su abuelo y padrino), Agustín (por su padre), Longinos, Eduardo, María de los Dolores, del Valme (por la devoción que sentía su madre por la Protectora de la villa) y del Dulcísimo Nombre de Jesús.

Fue nuestro biografiado el único de los hermanos que siguió los pasos profesionales de su padre, por lo que estudió Medicina en Sevilla, y en el curso de 1883-1884, se trasladó a Madrid, para realizar el doctorado en la Universidad Central. Durante su estancia en la capital de España residió en el número 4 de la calle de las Salesas. Y en 1885, al poco de su regreso a Dos-Hermanas, es nombrado médico del segundo distrito de la villa, empleo que ejercerá hasta junio de 1909, cuando es sustituido por el sevillano Manuel Andrés Traver.

1861-1913 Federico Caro, el buen alcalde

El 29 de agosto de 1887, contrajo matrimonio en la parroquia nazarena con Josefa Gómez de Lesaca García (1861-1909), hija del coronel de infantería Tomás Gómez de Lesaca (gobernador militar de Jaén durante muchos años) y de María Dolores García. Fueron testigos de los desposorios el hermano del novio, José Caro Lázaro, y Narciso García Valenzuela. La novia, había contraído un primer matrimonio con el jiennense Juan Antonio Carazo Ureña, de cuya unión hubo un hijo, Juan Antonio Carazo Gómez (que llegaría a ser alcalde de Dos-Hermanas). Quedó viuda en 1884, meses después de nacer su hijo. Este matrimonio con Federico Caro no tuvo descendencia.

Asimismo, los recién casados pasaron a residir en el n.º 44 de la calle del Canónigo. De allí, años más tarde, trasladaron su residencia a la que había sido la casa de la familia Caro, el n.º 8 (actual n.º 10) de la calle Santa María Magdalena. Allí moriría, en 1909, Josefa Gómez de Lesaca, lo que supuso un duro golpe para Federico Caro.

Por otra parte, perteneció a la hermandad del Santísimo Sacramento desde que en 1895 se reorganizara, y en ese mismo año ingresó en la hermandad de Nuestra Señora de Valme.
Finalmente, falleció en su domicilio de la calle Santa María Magdalena el día 2 de diciembre de 1913, a consecuencia de una “lesión orgánica del corazón”, según la certificación médica expedida por Manuel Calvo Leal. A su entierro, celebrado al día siguiente en la parroquia de Santa María Magdalena, asistieron los destacados políticos liberales Pedro Rodríguez de la Borbolla y Estanislao D’Angelo Muñoz, ambos diputados en Cortes. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de San Pedro de Dos-Hermanas al día siguiente. Su pérdida causó hondo pesar en el pueblo, ya que gozaba del respeto y cariño de sus convecinos.

1861-1913 Federico Caro, el buen alcalde

Su paso por la política local y la alcaldía nazarena

Al igual que su hermano José Caro Lázaro, Federico también mostró interés por la política local. Formó parte del comité local del partido Liberal, convirtiéndose en su líder entre 1909 y 1913, siendo precisamente él, quien reorganizó aquel partido en nuestra villa.

En mayo de 1895, se presentó para concejal, pero no consiguió su acta. Mejor suerte tuvo en las elecciones municipales de mayo de 1897, donde logró ser elegido concejal. Tras la destitución de Juan Manuel Gómez Claro como alcalde por el gobernador civil, Federico Caro fue designado alcalde de Dos-Hermanas en la sesión de 26 de noviembre de 1909, en un principio con carácter provisional. Y el 1º de enero de 1910 tomó posesión como alcalde titular. Fue el suyo uno de los más extensos del primer tercio del siglo XX, y, a la vez, uno de los más fructíferos y estables desde el punto de vista político. Ciertamente, durante sus años de mandato se dieron grandes avances, sobre todo en el aspecto urbanístico de la villa. Su lema político fue “Todo por Dos-Hermanas y para Dos-Hermanas”, lema que años más tarde hizo suyo su hijastro Juan Antonio Carazo.

Entre sus actuaciones destacaremos el sentido homenaje que brindó a la figura del soldado asturiano Luis Noval Ferrao, más conocido como cabo Noval, fallecido en la guerra de Marruecos en septiembre de 1909. Le dedicó una calle en 1910, manteniéndose aún hoy tal denominación. Mejoró, además, las calles de la villa, procediendo al adoquinado de la del Canónigo en 1910. Y un año después reformó la explanada de la estación, creándose, de esta forma, el paseo que llevó su nombre. También en 1911, el rey Alfonso XIII concedió al Ayuntamiento de Do-Hermanas el tratamiento de ‘Excelentísimo’, que aún mantiene.

Al mismo tiempo, durante su mandato se sucedieron hasta seis huelgas, organizadas por las operarias de la fábrica de yute, el gremio de albañiles y por los toneleros de la villa, acusándose en más de una ocasión al alcalde de no actuar con «mano dura» a la hora de sofocar las huelgas. Y en 1910 se celebró en Dos-Hermanas un mitin republicano que a punto estuvo de costarle el cargo a Federico Caro por el simple hecho de haberlo consentido.

A partir del 13 de noviembre de 1913 la salud de Federico Caro comenzó a resentirse. Desde ese momento, dejó de asistir a las sesiones, que estarían presididas por el teniente de alcalde Francisco Aguilar. En la sesión de 28 de noviembre se dio lectura a un oficio del alcalde en el que pedía licencia de un mes para poder restablecer su delicada salud, acordándose aprobarla. Al mismo tiempo, dimitió Aguilar debido a sus muchas ocupaciones, nombrándose nuevo primer teniente a Joaquín Jiménez López, que sería el alcalde accidental mientras durase la enfermedad de Caro Lázaro. Sin embargo, éste no volvería a presidir el consistorio nazareno, pues falleció, como ya hemos dicho, en diciembre de 1913 continuando como alcalde Jiménez López.

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