“Hambre y sed” son experiencias muy intensas porque responden a necesidades primarias y tienen que ver con el instinto de sobrevivir… “Jesús dice que serán saciados, ya que tarde o temprano la justicia llega”.
Estas palabras las escribe el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Gaudete Et Exsultate, son bastantes consoladoras y significativas en este momento actual, cuando un barco de mayoría de inmigrantes libios “hambrientos” y “sedientos” después de estar días y días a la deriva cerca de las costas italianas, habiendo sido rechazado por el gobierno italiano.
¡Qué vergüenza! Llegó a exclamar el Papa Francisco una vez, cuando llegó a contemplar una playa italiana llena de cadáveres de inmigrantes. Esta falta de caridad habla de una Europa mercantilista y hedonista que, ya denunciaba San Juan Pablo II, -invitándola a que volviera a sus “raíces cristianas”.
Ante tanto dolor, nos llenan de esperanza las palabras pronunciadas por el Papa Francisco, de que: “tarde o temprano la justicia llega”. Dios hará justicia al pobre, porque: “No desdeñó ni despreció la miseria del desgraciado” (Sal 22:25) ¿Cómo llegará la justicia de Dios? Ya que, “tarde o temprano la justicia llega” -dice el Papa Francisco.
Sí, tiene que llegar ese día en que se haga “justicia”, porque estos inmigrantes, cuya mayoría proceden de Libia, un país, un pueblo inocente que, de la noche a la mañana, Europa (los más beligerantes fueron Francia y Gran Bretaña), con el visto bueno de EE.UU, para apoderarse de sus fuentes de riquezas petrolíferas y acuáticas, decidieron invadir sus costas, facilitando barcazas llenas de terroristas para desestabilizar el país.
Los terroristas comenzaron a dinamitar el país, pero aún así no fueron capaces de dominarlo, pues todo el pueblo luchó por su independencia. Viendo que los terroristas, no se hacían con la situación, no tuvieron escrúpulos de utilizar a la OTAN, al servicio de los terroristas, bombardeando el país, sometieron la población al fuego y a las torturas de los invasores.
Cuando Libia, hecha un caos, pasó a manos de los terroristas, la prensa occidental (con cachondeo) hablaba de que, la tarta (el petróleo) de Libia se repartiría entre los países que, como Francia, Gran Bretaña y demás, habían facilitado el hecho…
Al día de hoy, el pueblo de Libia sigue sufriendo las torturas, la Iglesia es perseguida, etc., etc., ¿Quiénes son los países que, beneficiados de este crimen, se siguen repartiendo ese trozo de tarta de petróleo? Que sepan que: “Tarde o temprano la justicia llega”, pues “El que escupe al cielo le cae en la cara”.
