El 16 de marzo se conmemora el Día Nacional contra las Agresiones a Sanitarios y con este motivo el Sindicato Médico de Sevilla (SMS), Sindicato de Enfermería (Satse) y Unión Sindical de Técnicos Sanitarios (USAE) han convocado a todos los sanitarios a concentrarse en el centro de salud San Hilario de Dos Hermanas para manifestar «su repulsa ante las agresiones y su compromiso en la lucha contra ellas».
Según explican en un comunicado, han escogido este centro porque sus profesionales «han sido objeto de muchas agresiones en el último año, tres de ellas de especial intensidad«. Así, explican que en mayo los tres componentes del equipo de urgencias (médico, enfermero y técnico) sufrieron insultos, descalificaciones y amenazas cuando acudieron a atender a un paciente a domicilio, mientras que en septiembre fueron tres médicos de la plantilla del centro las vejadas y amenazadas, resultando con lesiones por un codazo en la cara una de ellas.
Además, añaden que al iniciar el año 2018, una enfermera del servicio de urgencias DCCU, abierto las 24 horas del día, sufrió otra agresión física y verbal.
En este sentido, el SMS recuerda que durante el año 2017, en Andalucía, se han producido 1.095 agresiones a personal sanitario, 265 con lesiones físicas y 830 no físicas. Y la peor parte se la ha llevado el personal femenino que ha padecido 694 agresiones, el 63 por ciento, en unas proporciones que se mantienen en su distribución provincial.
Por su parte, Sevilla y su provincia se han producido 242 agresiones, 67 físicas y 175 no físicas, casi un 20 por ciento más de las producidas en 2016. Solo Sevilla acopia el 26 por ciento, la cuarta parte de todas las agresiones en Andalucía.
De este modo, el Sindicato Médico de Sevilla dice que «está alerta» ante cualquier agresión que se produzca a cualquier sanitario, en general, y a los facultativos, en particular, cualquier día del año y procura estar con la víctima de una agresión desde el primer momento y hasta el último.
«Intentamos apoyar y asesorar en todas aquellas cuestiones que por un lado tienen que solucionarse médica, administrativa y judicialmente y, por otro, en las puramente de acompañamiento a un profesional que pasa por unos momentos de especial sensibilidad anímica y personal. Estar ahí para que todo pueda ser un poco menos difícil, menos amargo», señala.
Y, finalmente, denuncian ante la empresa aquellas circunstancias que «hayan podido favorecer una situación violenta y proponemos medidas correctoras de las mismas, tras el estudio de las circunstancias que la motivaron».
