El Centro Cultural La Almona ha inaugurado un 2018 de exposiciones con un mano a mano de estilos pictóricos en el que prima la abstracción y la pintura figurativa. En el primer ámbito se puede encuadrar a la perfección la muestra La mirada transparente, del sevillano Fernando Parrilla Zapata, que era la segunda vez que exponía en Dos Hermanas y lo hace en esta ocasión en la sala Antonio Milla.
Un mural compuesto por 15 creaciones de “formas imaginativas y soñadoras” que flotan en un universo de color, pintado directamente con las manos sobre lienzos en horizontal. El secreto para entender la obra de un artista que busca la originalidad de su estilo radica, asegura su creador, “en la forma de mirar sus cuadros”.
De ahí el título de la colección, ya que, “sólo una mirada transparente, pero profunda, liberada de prejuicios y convencionalismos, permitirá ver lo que hay detrás de la no realidad de su pintura, dónde la fantasía juega un papel fundamental”.
En la sala Emigdio Mariani se ha instalado el colectivo quinteño Liberarte con su exposición Siete Visiones, la de los siete artistas que lo integran: Ana Isabel García Bernal, Conchi Palomo Segura, Juan Manuel Claro Oliva, Laura Fernández Sánchez, Lourdes Lobo García, Inés de la Jara Zayas y Luisa Mª Yamuza Carrión.
Una colección de obras figurativas, de distinta técnica, bien a pincel o espátula, pintadas todas sobre óleo. El resultado es una muestra “colorista, intimista y libre que pretende emocionar con nuestras emociones”, aseguran sus creadores.
Cada artista imprime su personalidad en sus obras, de modo que es fácil distinguir unas de otras, bien por la temática, por los colores empleados o el trazo de la pincelada”.
Las exposiciones pueden visitarse de lunes a viernes, de 9:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas, así como los sábados y domingos, de 11:00 a 14:00 horas.
La pintura abstracta y esa cualidad de representar algo distinto para cada espectador la hace única e interesante. En ese basto universo de lo abstracto, el puntillismo abstracto, te hace pensar, imaginar y recrear una obra, cada espectador puede ver algo distinto y es que el pintor crea la obra y el público la multiplica. El trabajo artístico de Gabino Amaya Cacho es innovador en esa área, bien por él, ya venía haciendo cuadros interesantes como Neptuno, El Morralero, Concierto para Venus, Girls playing in the tree, Icarus and Daedalus y The dream of Jacob.