Hoy mi voz es la voz de vosotras, de todas y cada una de las que habéis perdido la vida a manos de un maltratador, de vuestros hijos e hijas, de vuestras madres y padres, de vuestras familias, amigas y amigos.
Hoy os presto mi voz rota pero no callada por cada una de las 48 mujeres asesinadas, por cada uno de los 5 menores a los que se les ha arrebatado la vida.
Los terribles datos son el mejor ejemplo para clamar un acuerdo político que implique a todas las Administraciones Públicas y a la sociedad. Los grupos políticos han dejado de lado sus diferencias y han consensuado un gran Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Acuerdo que atiende a la necesidad de comprometer al Estado íntegramente en la lucha contra la violencia de género.
Mientras exista una sola víctima, existen motivos para seguir luchando. Por ello no podemos olvidar que no sólo es una tarea política sino social. Desde cualquier ámbito: social, familiar, educativo… debemos aportar nuestro “gran granito de arena” para dar grandes pasos hacia el fin de esta lacra social. Quizás no podamos acabar radicalmente con la violencia de género, pero sí podemos trabajar en la concienciación, en la educación, en el respeto, en los valores hacia la mujer, en la libertad, en la igualdad, en LA VIDA.
Hoy os presto mi voz para gritar “¡Basta ya!”
Hoy presto mi voz a todas esas personitas que no volverán a sonreír, que no jugarán en los parques, que sencillamente no estarán con mamá.
Hoy os presto mi voz para exigir que los menores no sean utilizados como moneda de cambio.
Hoy presto mi voz a esos abuelos y abuelas que de repente se convierten de nuevo en padres y madres de sus nietas y nietos.
Pero hoy también presto mi voz a todas las que lloráis cada noche en vuestra soledad, a las que no os creéis fuertes, a las que tenéis miedo… para que juntas podamos decir: “Yo no seré una más”.
Hoy presto mi voz para deciros que cuando no podáis correr, trotéis, cuando no podáis trotar, caminéis, cuando no podáis caminar, apoyaros, pero JAMÁS dejéis de luchar.
Os sentís como una diminuta gota de agua en el mar, pero ¿qué sería el mar sin esa gota de agua?
Hoy os presto mi voz porque es el arma más potente que tengo para que desde esta humilde tribuna, se os escuche.
Hoy os presto mi voz porque quiero tenderos mi mano y caminar juntas, porque quiero que recorramos un nuevo camino en el que seréis de nuevo libres, vivas.
Hoy os presto mi voz para no decaer en vuestra lucha, para que no os sintáis cansadas, para que no tengáis miedo, para que volváis a ser fuertes, para que volváis a miraros al espejo y veros tan hermosas como sois.
Hoy os presto mi voz porque necesito sentirme con vosotras, porque quiero alzar mi voz más fuerte que nunca, porque quiero deciros que somos muchas para luchar juntas, que no estáis solas.
Hoy os presto mi voz porque quiero que sea una única voz para vosotras, para gritar alto y fuerte “Yo no seré una más”.
Hoy os presto mi voz porque es mi humilde forma de contribuir a que esta gran lacra pueda un día acabar.
Hoy os presto mi voz, porque mi corazón ya lo tenéis.
