1859. Y llegó la fotografía a Dos-Hermanas

Con sabor a Valme…

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La llegada de la fotografía a nuestra localidad está íntimamente relacionada con Valme, pues, no en vano, el primer edificio nazareno fotografiado fue, precisamente, la histórica ermita de Nuestra Señora de Valme, allá por tierras de Cuartos, cuando éstas aún pertenecían a Dos-Hermanas.
Fue a finales de 1859, en fechas muy cercanas a la reapertura al culto de dicho templo (lo cual tuvo lugar el 9 de octubre), cuando el prestigioso fotógrafo sevillano Francisco de Leygonier realizó estas dos magníficas fotografías de la ermita de Valme que reproducimos en esta página, siguiendo el encargo de don Antonio María de Orleáns, duque de Montpensier, que fue, dicho sea de paso, quien financió la reconstrucción de la antigua ermita, como es ya muy conocido.

Curiosamente, ambas vistas iban a ser utilizadas para ilustrar la obra titulada “Noticia del Origen de la Capilla Real de la Virgen de Valme, labrada por el rey Fernando el Santo en 1248, y de su restauración hecha por SS.AA.RR. los Serenísimos Señores Infantes Duques de Montpensier”, la conocida “Corona Poética”, publicada en Sevilla en ese mismo año de 1859.

1859. Y llegó la fotografía a Dos-Hermanas con sabor a Valme 1859. Y llegó la fotografía a Dos-Hermanas con sabor a Valme

De foto a grabado… Estas dos fotografías sirvieron de modelo para la confección, tiempo después, de dos grabados de aspecto un tanto bucólico. Sobre la fotografía vertical hizo Julio Donon en Madrid una interesante litografía para ilustrar la segunda edición del tomo dedicado a Sevilla y Cádiz de la obra de Pedro Madrazo titulada Recuerdos y bellezas de España. Por otra parte, tomando como modelo la fotografía de la vista general de la ermita y el caserío de Cuartos, se realizó un grabado idealizado que sería publicado el 13 de junio de 1869 en la portada del periódico El Nuevo Siglo Ilustrado, para ilustrar un artículo sobre la capilla de Valme.

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Sin embargo, por diversas razones que no vienen al caso, no pudieron ser incluidas en la primera edición, como bien apuntó Fernán Caballero en una carta enviada a Latour, quedando varios ejemplares de las fotografías en el archivo personal de los duques. También se enviaron copias (a modo de recordatorio) a los insignes escritores que colaboraron en la elaboración de la referida “Corona Poética”, entre los que se encuentran Fernando de Gabriel, José Benavides, Antoine de Latour, Amalia Domingo y José Lamarque de Novoa.

La importancia de ambas instantáneas es, pues, enorme, al ser las primeras que se realizaron en tierras nazarenas. Pocos años más tarde se realizó otra fotografía, nuevamente con marcado “sabor a Valme”. Y es que un anónimo personaje fotografió a la histórica talla de Nuestra Señora de Valme, cuando ésta todavía era una imagen de candelero. Pero esto ya es otra Historia que dejamos para otro momento…

Francisco de Leygonier y Haubert, primer fotógrafo sevillano
Leygonier, de padres franceses, había nacido en el barrio de Santa Catalina de Sevilla en 1812, y pronto desarrolló un gran interés por uno de los grandes inventos del siglo XIX: la fotografía. Así, hacia 1840 se trasladó a Burdeos, donde aprendería las técnicas de la daguerrotipia. Unos años más tarde, en 1846, abrió en Sevilla el que sería el primer estudio fotográfico comercial, ganando al poco tiempo gran fama y reputación entre las clases pudientes de la capital. Pronto logró el mecenazgo de los duques de Montpensier, considerándosele su fotógrafo oficial. Tras una fructífera y brillante carrera, falleció en su ciudad natal en 1882, quedando su hijo Francisco de Leygonier Ortiz al frente del estudio fotográfico, situado en el Patio de Banderas de la capital hispalense.

1859. Y llegó la fotografía a Dos-Hermanas con sabor a Valme

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