Desde hace más de dos años y medio la carrera profesional del cantante nazareno Eduardo Ortega está a caballo entre España y México, de donde acaba de regresar, tras una estación de un mes para la presentación de su último disco.
El pasado día 25 de agosto, Eduardo actuó en el Lunario del Auditorio Nacional de Ciudad de México, con un patio de butacas repleto de público, ante el que cantó los temas de Caricias Nuevas, el disco que le produjera Armando Gómez y que ya había presentado previamente en su ciudad, en Dos Hermanas.
Una experiencia que Ortega define “como una locura”, ya que, explica. “era un concepto nuevo de espectáculo, de cinco horas de duración, y con la participación de otros artistas”. El cantante también estuvo acompañado por un nutrido grupo de mariachis.
Además se ha editado en México un disco con las canciones de este espectáculo, que lleva por título México y España, sin muros.
“Trayectoria indescriptible”
De esta forma define Eduardo Ortega su trayectoria artística desde que hace seis años se presentara ante el público con su primer disco, El último tren. A este le siguió Corazón de Poeta, en su homenaje a Manuel Alejandro y, ahora, Caricias Nuevas. Sobre la música que quiere seguir haciendo lo tiene claro: “aquella con la que yo me identifique”; y entre España y México, “mientras tenga ocupación, me da igual que sea allí o aquí”.
Volver, volver
La idea de Eduardo es volver a México antes de que termine el año, ya que tiene cerradas otras fechas para actuar y le gustaría darse “una vuelta” por otras zonas a las que poder llevar su música.
Eso sí, antes de ese regreso, el cantante quiere hacer algunas actuaciones en su ciudad, aunque aún no hay fechas cerradas para su regreso a los escenarios de Dos Hermanas.
