1901. La llegada del automóvil a Dos-Hermanas

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1901. La llegada del automóvil a Dos-HermanasDios Bendito, ¿un carro que se mueve sin bueyes ni caballos? Esto sería lo que debieron exclamar los nazarenos de principios del siglo XX cuando vieron circular por vez primera por las calles del pueblo a aquel gran invento de finales del XIX: el automóvil. 

Teniendo en cuenta que el primer coche de gasolina que circuló en España lo hizo en 1898 por las calles de Madrid, el automóvil llegó pronto a Dos-Hermanas, pues en 1901, según refieren algunos testimonios, este revolucionario vehículo hizo su aparición en nuestra villa procedente de Sevilla y conducido por el torero Antonio Reverte Jiménez (1868-1903). Aquel fue un regalo que la italiana Paola di Monte hizo al torero sevillano, siendo adquirido en la Exposición Universal de París de 1900. Apenas alcanzaba los 15 kms./hora y su estética recordaba aún a los coches de caballos.

1901. La llegada del automóvil a Dos-Hermanas

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No obstante, muchos vecinos (sobre todo los más pudientes) no se sorprendieron por aquella aparición ya que conocían de su existencia al haberlo visto en la capital hispalense, y, pronto quisieron hacerse con uno de aquellos ‘carros sin animales’. Como al principio era un verdadero objeto de lujo, el primer nazareno que adquirió un automóvil fue un rico almacenista, Armando Soto, a mediados de 1917. Y muy poco después, en octubre de ese mismo año, a instancias del mismo Soto, compró un automóvil José Gómez Martín, apodado Culebra, otro acaudalado propietario que llegaría a ser alcalde en la década de 1920.

El de este último se trataba de un Sunbean (una compañía británica), con dos asientos fijos y dos móviles, la parte del chófer sin techo, y su matrícula era SE-2022. Tanto le gustó a Culebra su nueva adquisición que al poco compró otro para ir al campo a inspeccionar sus terrenos, olvidándose pronto de los tradicionales coches de caballos.

Una vez que triunfó el sistema de cadena de montaje ideado por Henry Ford, que permitió el abaratamiento de los coches, creció con rapidez el número de vehículos en la villa. Así, por ejemplo, en la década de 1920 eran dueños de coches, entre otros, Juan Antonio Carazo Gómez (lo compró precisamente en 1920), Manuel Rodríguez Hidalgo, José Plana Rivas, Joaquín Calvo, Diego Cuajares, Enrique Gutiérrez Rufino, Manuel Ramos Díaz y Francisco Valera Doval.

{xtypo_rounded3}Los primeros semáforos y señales de tráfico
Había que buscar solución a los inevitables accidentes que se originaban en Dos-Hermanas en el ‘enfrentamiento’ entre vehículos y peatones. Por ello, en la sesión de 7 de enero de 1921 se acordó pagar veintiuna pesetas por la adquisición de “tres faroles de señales para detener los automóviles que de noche entren en la localidad con motivo de los atentados terroristas ocurridos en esta población”. Y en la sesión de 2 de junio de 1922, el concejal Rodríguez Hidalgo manifestó que “en vista de la excesiva velocidad con que atraviesan el pueblo los automóviles solicitaba que el Ayuntamiento acordase colocar a la entrada y salida del pueblo un letrero mandándolos vayan despacio”, y por unanimidad así se acordó. Eran las primeras medidas que se adoptaron para erradicar los accidentes.{/xtypo_rounded3}

También el propietario de la fábrica de yute, José Julio Lissén Hidalgo, poseía, en este caso, dos vehículos que estaban al servicio de su negocio. Y, como dato curioso, la primera mujer en matricular un vehículo a motor en Dos-Hermanas fue Dolores Fernández Troncoso, lo cual ocurrió el 19 de febrero de 1929. Se trataba de un camión de la marca estadounidense Dodge con matrícula SE-1501.

La llegada del automóvil, además, trajo consigo los inevitables accidentes, más en una época en la que no se tenía aún aprobado un código de circulación (éste llegaría en 1934, durante la II República) y la convivencia de peatones y vehículos en las calles no era del todo apacible. Uno de los primeros accidentes documentados en el núcleo de población tuvo lugar el 4 de julio de 1914. A las seis y media de la tarde de aquel día fue atropellado el niño José Maestre Martín por el volquete que conducía Francisco Bejines Álvarez.

Aunque no sabemos dónde ocurrió el siniestro ni el alcance de las heridas, pues en la carta dirigida al juez municipal donde se informa del suceso no se reseñan, debió ser cerca del domicilio del muchacho, que estaba en el número 25 de la calle Marcelo Spínola (actual avenida de Sevilla), uno de los puntos más concurridos de la villa. Otro accidente, esta vez con trágico desenlace, ocurrió en enero de 1926.

1901. La llegada del automóvil a Dos-Hermanas

En esa ocasión, el niño Eduardo Benítez Gómez, de siete años de edad, murió tras ser arrollado por un automóvil en la calle Eduardo Dato (hoy forma parte de la avenida de Andalucía), mientras jugaba en esa vía con otros amigos. Y en octubre de 1927, un coche atropelló al niño de seis años Manuel Valera Barbero, causándole magulladuras y algunas heridas.

Pero a pesar de estos accidentes, el avance del automóvil fue imparable y en cuestión de pocas décadas se ‘apoderó’ de las calles de Dos-Hermanas. Avance que ha durado hasta nuestros días.

{xtypo_rounded4}Y aparecen las gasolineras…
La proliferación de automóviles de gasolina trajo consigo la aparición de las consabidas gasolineras, como no podía ser de otra manera. La primera solicitud para instalar una bomba surtidora de gasolina en Dos-Hermanas está datada en febrero de 1925 y la presentó José Asencio Aznar, dueño de la popular venta de ‘las Palmas’, junto a la vía del ferrocarril y al pie de la carretera de Sevilla a Las Alcantarillas. La solicitud llegó hasta el Ingeniero de caminos encargado de esa carretera quien pidió que se le enviaran planos del lugar donde sería instalado el surtidor y memoria descriptiva del aparato. Sin embargo, el Ayuntamiento nazareno no le concedió la autorización hasta febrero de 1926. Curiosamente, esta gasolinera estuvo en activo hasta la desaparición de la propia venta a principios del presente siglo. Al mismo tiempo, en ese mismo 1925 Antonio Soler Obrador pidió licencia para instalar una bomba surtidora delante de la venta propiedad de Miguel Torres, situada en el km. 5,1 de la mencionada carretera. El consistorio le concedió la autorización en 14 de octubre de 1925. A partir de entonces aparecieron otras tantas. Por ejemplo, en agosto de 1927 se autorizó a la Real Sociedad del Automóvil Club de Andalucía para construir dos surtidores en la misma carretera, y en 1930 tenemos constancia de que existía un surtidor en esa carretera, propiedad de Rafael Ruiz Morales.{/xtypo_rounded4}

1901. La llegada del automóvil a Dos-Hermanas

Las visitas de los Reyes a Dos-Hermanas en automóvil
Bien conocido es el hecho de que uno de los primeros en tener un vehículo propio en España fue el rey Alfonso XIII, quien durante toda su vida sería un gran apasionado del mundo del motor. Y cada vez que venía a Sevilla traía un coche, generalmente un Hispano-Suizo, dando numerosos paseos por la capital y sus alrededores. Frecuentemente llegaba en coche a Dos-Hermanas, acompañado por su esposa la reina Victoria Eugenia de Battenberg, tomando la que conocemos como ‘Carretera Vieja’. Por poner sólo un ejemplo, el 7 de marzo de 1911 Alfonso XIII tomó la citada carretera y llegó a nuestra villa, donde “el vecindario aclamó al Rey con verdadero entusiasmo; quiso demostrar su profundo agradecimiento por la reciente gracia que el Rey acaba de dispensarle concediendo el título de Excelencia á aquel Ayuntamiento. El entusiasmo fue muy grande; todo el pueblo en masa salió aplaudiendo y vitoreando á Su Majestad”. Durante su regreso a la capital hispalense se produjo un percance. Ocurrió que pasó por la carretera en dirección contraria un carro y con el ruido del automóvil se espantaron las mulas. Para subsanar las molestias ocasionadas, el monarca dio al dueño del carro quince pesetas.

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