Gestos, palabras y acciones que antes pasaban desapercibidas, empiezan a cobrar fuerza, enredándose en tus pies e impidiendo que camines sobre tus pasos.
Empiezan las inseguridades, la baja autoestima y sentimientos de inutilidad. Tu voz se vuelve silenciosa, tus manos son guiadas como marionetas y tu mente se bloquea.
Él sigue cortando tus alas, marcando con sus manos sitios no visibles para que nadie sospeche. Con sus palabras transforma tu vida en una tormenta y la lluvia de su violencia va cayendo sobre ti.
Luego las palabras bonitas de arrepentimiento intentan secar las lágrimas, robar vuestro cariño, hasta que el ciclo de cristales rotos se vuelve a repetir.
Quizás aún sigues buscando la salida, quizás aún se siga ocultando tras su máscara o simplemente quizás hoy seas solo un número.
Son 22 almas que vuelan en el recuerdo, 22 caminos acabados, 22 sonrisas borradas, infinitas lágrimas, por todas las mujeres que la violencia de género arrastró en su paso.
¡No mires hacia otro lado, no pienses que no pasará, lucha por todas esas mujeres!
¡Da un grito al aire por todas esas personas que hoy ya no podrán levantarse, hoy no podrán ver el sol, hoy no pasearán y mañana no tendrán la oportunidad de poner fin a la violencia!
