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El hombre que permanecía encerrado en un palomar de su vivienda en la calle San José, en pleno centro de Dos Hermanas, por voluntad de dos de sus hermanos prosigue ingresado en el Hospital de Valme de Sevilla. Tras ser hallado en un estado de salud e higiene «lamentables», su estado de salud sigue pendiente de evolución.
Lo que también está pendiente de resolver es el futuro de este hombre, en el caso de que reciba el alta del centro hospitalario, ya que tiene más familia, ajenas, según han informado fuentes municipales del Ayuntamiento, a la situación en la que se encontraba el familiar. Pero, a su vez, no se descarta, según han informado las mismas fuentes, que ingresase en un centro de atención mental. Lo que sí se ha confirmado desde el consistorio nazareno es que los servicios sociales del mismo están mediando y colaborando en el caso desde que se destapó. Algo que ocurrió hace dos semanas, aunque fue difundido públicamente por la Policía Nacional el pasado día 29.
Lo que sí se ha querido desmentir desde el Ayuntamiento de Dos Hermanas es que este hombre, muy conocido en el centro de la ciudad, estuviese encerrado los últimos 20 años, un periodo, en el que, según confirmaron los servicios sanitarios que lo atendieron en un primer momento sí que no había recibido ningún tipo de atención médica.
La investigación que ha destapado este caso que ha estremecido a la opinión pública se puso en marcha tras recibir el 091 un aviso de que un hombre de 76 años estaba causando molestias en un conocido kiosco de la zona. Tras llevarlo a casa, el hombre vuelve a las andadas y tiene que intervenir nuevamente la Policía Nacional que cuenta, en este caso, con la colaboración de la Policía Local. Una vez en el domicilio, en el que también se encontraba otra hermana de 61 años, descubrieron una puerta cerrada con candado y cadena, tras la que, aseguraron se encontraba encerrado un hermano con problemas mentales por cuestiones de seguridad. Hecho que pudieron constatar los agentes al entrar en un palomar de unos tres mestros cuadrados, en el que encontraron a un hombre desnudo y que, según fuentes cercanas a la investigación, «parecía un preso de los nazis» por el estado que presentaba.
Los dos hermanos, que administraban su pensión de 1.000 euros, fueron detenidos por delitos contra la integridad moral, de malos tratos en el ámbito familiar y detención ilegal, siendo puestos en libertad con cargo por la autoridad judicial.
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