En la cuerda floja

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Película El DesafíoEL DESAFIO

Basado en hechos reales, El desafío se centra en la historia que el funambulista francés Philippe Petit cuenta en sus memorias, sobre el reto nunca antes realizado de recorrer sobre un cable el espacio que separaba las Torres Gemelas de Nueva York. Hecho que ya se contó en un documental británico de 2008 que arrasó allá por donde pasó y que incluso se llevó el Oscar al mejor documental del año.

{xtypo_rounded3}Estados Unidos, 2015 (123′)
Título original: The walk.
Dirección: Robert Zemeckis.
Producción: Steve Starkey, Robert Zemeckis, Jack Rapke.
Guión: Robert Zemeckis, Christopher Browne, basado en el libro de Philippe Petit.
Fotografía: Dariusz Wolski.
Música: Alan Silvestri.
Montaje: Jeremiah O’Driscoll.
Intérpretes: Joseph Gordon-Levitt (Philippe Petit), Ben Kingsley (Papa Rudy), Charlotte Le Bon (Annie), James Badge Dale (Jean-Pierre), Clément Sibony (Jean Louis), César Domboy (Jeff/Jean François), Benedict Samuel (David), Ben Schwartz (Albert), Steve Valentine (Barry Greenhouse).{/xtypo_rounded3}

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Ello implica que no cuenta nada nuevo. Lo cual solo nos dejaba la esperanza de que la novedad estuviese en el cómo se cuenta. Pero tampoco ocurre así. Robert Zemeckis (que tiene una trayectoria contrastada, a pesar de que no haya hecho nada relevante desde Naúfrago) lleva años dirigiendo con el piloto automático, utilizando clichés y dando la sensación (muy frecuente) de ‘déjà vu’. 

En esta El desafío, como la trama principal (el sueño loco de un funambulista autodidacta de cruzar sin permiso dos edificios a más de cuatrocientos metros de altura) tampoco daba para mucho metraje, se añade el período de aprendizaje, la preparación del proyecto, una manida historia de amor, y es a la hora y media de película cuando ya se emprende el proyecto que da título a la cinta y que llevan mencionando desde el principio.

Pero a esas alturas uno ya está aburrido. Cierto que esas imágenes dan vértigo, que angustian y agobian, pero no consiguen que la película sobresalga en nada más allá del aspecto visual (a estas alturas, en la que ya estamos conociendo todos los premios de la temporada cinéfila que se cierra con el año, únicamente ha conseguido dos nominaciones a los mejores efectos especiales). El resto suena a ya visto (el mismo tipo de imágenes acompañado del mismo tipo de melodías, las mismas estructuras, la misma planificación…).

Aunque, más allá de la parte romántica, del tono de acción (muy diluido), de la historia real de un sueño, si hay algo que tiene El desafío, es ser un homenaje (la frase y plano final es tan evidente que resulta hasta zafio) a las Torres Gemelas, con cuyas imágenes se recrea sin descanso Zemeckis.

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