El pasado sábado, 28 de marzo, en el Monasterio San José de las Madres Carmelitas de aquí, de Dos Hermanas, se celebró la Solemnidad de la Santa Misa conmemorando el Quinientos Aniversario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
La Santa Misa fue oficiada por el P. Fray Juan Dobado OCD -que para este evento se desplazó del convento de los PP Carmelitas Descalzas del Santo Ángel de Sevilla- concelebrada por los Padres D. Lorenzo Nieto (el más veterano de Dos Hermanas, el que siendo un joven sacerdote, hace casi 50 años llegó a este pueblo con las novedades de las enseñanzas del recién clausurado Concilio Vaticano II; por D. Ignacio, Capellán de las Carmelitas Descalzas y Párroco de las Portadas; y por D. Gregorio, Párroco de Ntra. Sra. de la Oliva y San José Obrero.
A los acordes del órgano, con el canto de las MM Carmelitas del Para vos nací se inicia la entrada de la Santa Misa.La homilía del padre Juan Dobado, resaltando a nuestra gran Santa, Teresa de Jesús, nos hizo sentirnos muy cerca de ella. Habló de su mirada, ¿qué tenía la mirada de Teresa? -Se preguntaba… Habló de su espíritu recio, como escritora, cmo fundadora, como reformadora, y -después de casi 5 siglos- llega a ser la primera mujer nombrada Doctora de la iglesia en 1970, por el Papa Pablo VI.
No es facil delimitar la grandeza de esta Santa, la grandeza de esta mujer española en una breve reseña. Como Santa, creo no equivocarme si afirmo, que es la Santa (exceptuando a la Virgen) más grande del mundo, llamada Maestra de Espirituales. Sus obras (tratados, espiritualidad, poesía) y sus cartas -estimandose que escribió más de 20.000-. La primera mujer que escribe su autobiografía, llegó a fundar, viajando en carros tirados por mulas, 17 conventos recorriendo para ello casi toda España.
Su trato fue con santos de la talla de San Pedro de Alcántara, San Juan de la Cruz, San Juan de Ávila, San Francisco de Borjas, San Luis Bletrán… Trató al rey Felipe II, a Delegados Pontificios, Priores y teólogos de las Universidades de Salamanca y Alcalá. A jesuitas, franciscanos, dominicos, a tratantes, albañiles, arrieros…
Por mucho que indaguemos, sumergiéndonos en cifras, ese mosaico de grandeza que es el alma de Teresa de Jesús, inevitablemente volveremos de nuevo a preguntarnos ¿quién fue Teresa de Jesús?.
En octubre del pasado año, en la muestra de la Alegría del Evangelio fui entrevistado en la cope, planteándome el periodista Paco Robles la pregunta: ¿por qué una mujer, escritora, tan inteligente como Teresa de Jesús, elevada por el neoclásico italiano a la gloria de Bernini, fue tan humilde? Respondí: porque ella se conviertió a Cristo, que es manso y humilde de corazón y dice que para seguirle hay que ser humildes, y que humildad es andar en verdad.
