Esta tierra cosmopolita
que acogió a tanta gente
integrándola en su seno,
sin preguntar su procedencia.
Que también con sus hombres
sembró otros lugares más propicios,
donde no se comía pan duro
y el porvenir no era sombrío.
¿Es que nadie ya recuerda?
que ocupamos el vagón de cola,
que fuimos país de emigrantes
en busca de un futuro más digno.
Que estábamos fuera de Europa
y soñábamos con llegar a ella;
como sueñan nuestros vecinos del sur.
Que fuimos como son ellos, desheredados.
Ahora quieren que seamos frontera
impenetrable al tercer mundo,
el muro que proteja a Occidente
de los pobres; de los desposeídos.
La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos. Platón.