1965. Los Amarillos estrena su nueva flota de autobuses

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1965. Los Amarillos estrena su nueva flota de autobusesLa empresa, creada para traer aceituneras de Los Palacios, cuenta ya con 65 vehículos y 247 empleados

Con un sencillo pero emotivo acto realizado en la Plaza de España, el arzobispo de Sevilla, José María Bueno Monreal, bendijo  los diez modernos ómnibus ‘Pegasus’ que en los próximos días estrenará la empresa Los Amarillos. Son los primeros de cuarenta con los que esta empresa de transporte de pasajeros, nacida en Dos Hermanas, va a renovar su flota de autobuses.

Un solo conductor, que también ejercía de cobrador al volante de un ‘Ford T’ fue, en 1923, el origen de esta empresa, cuyo primer trayecto se realizó entre Los Palacios y Sevilla para dar servicio, fundamentalmente, a las aceituneras que venían a Dos Hermanas. Su creador, Manuel Cangas Argüelles, entabló amistad con Francisco Sebastián Carvajal. Ambos constituyeron, en 1927, la empresa Los Amarillos S.L.,  que hoy, en 1965,  ofrece trabajo a 247 empleados y recorre, con sus  65 vehículos, doscientos mil kilómetros mensuales por las provincias de Sevilla, Cádiz y Málaga. Sus dos gerentes, Carlos Carvajal y Pedro Ceballos (que representan a las dos familias fundadoras, la primera con el 66% del negocio y la segunda con el resto)  destacan que, a pesar del volumen de la empresa, funciona como una familia donde los empleados son tratados como amigos. Detrás de cada uno de esos empleados hay un anecdotario digno para escribir un libro.
1965. Los Amarillos estrena su nueva flota de autobuses
Una vida al volante
Que el destino de Antonio Santiago eran los autobuses quedó demostrado en 1936, cuando con sólo 16 años, siendo todavía mecánico, se le cayó un ‘amarillo’ encima de la cabeza al romperse el gato con el que trabajaba bajo el chasis. Cuenta que se le veían hasta los sesos, pero milagrosamente no le quedaron secuelas y hoy es uno de los chóferes más veteranos junto a Perecito, Pedrito, el ‘Aguaó’, Rafo ‘el de la Pipa’ o Vázquez . Fue el primero en llevar excursiones a El Vaticano a conocer al Papa. Está deseando estrenar los ‘Pegasus’, igual que hizo en 1956 con los nuevos ‘Leyland’, toda una sensación de autobús ¡con dos neveras en los laterales!

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Postales desde Moscú
Sus hijos y esposas se han acostumbrado a verles poco. Durante semanas sólo saben de ellos por las postales que envían desde Londres, Fez, Viena. No existen domingos ni festivos para los chóferes. Rafael Pedrera, de hecho, sólo ha visto nacer a uno de sus tres hijos por encontrarse en ruta. Excursiones, circuitos, viajes de fin de curso, aficionados que acompañan a sus equipos… todos contratan a Los Amarillos. Rafael dice conocer Venecia mejor que Dos Hermanas. Ha atravesado Europa de cabo a rabo. Fue el primero en atravesar el telón de acero en un circuito Madrid-Moscú. En Mónaco tuvo que conducir dos kilómetros marcha atrás por meterse, confundido por una guía, en una sinuosa carretera que puso el autobús a dos ruedas.

Chóferes y cobradores son sólo la parte más visible de Los Amarillos. Pero la empresa crece gracias al trabajo diario de todos: Santana, maestro de albañiles; Aguilar, de carrocería; Agustín y Godoy, en oficinas; Juan Tirado y Joaquín Soto, en taller… y tantos otros.  Nuestro reconocimiento.

No eran de color amarillo
Aunque ahora se pintan de amarillo, no es ese color el origen del nombre de la empresa. Amarillo era el apellido del titular de la primera licencia de transporte entre Dos Hermanas y Sevilla. Corría 1923.

1965. Los Amarillos estrena su nueva flota de autobusesPiedras para los socavones
En el centro de esta foto vemos al cobrador José Ramos Morales y, con gorra, a uno de los más veteranos conductores: Antonio Santiago, en una parada de la ruta Sevilla-Jerez-Rota en la venta del Cruce de Las Cabezas. Nos cuentan que en el autobús llevan piedras para rellenar los enormes socavones que encuentran en la carretera.

Cruzando el telón de acero con dos garrafas de aceitunas ‘morás’
Los chóferes de Los Amarillos han recorrido Europa al volante. Rafael Pedrera (foto inferior) fue el primero en cruzar el telón de acero, en un circuito Madrid-Moscú. En sus viajes siempre llevaba dos garrafas de aceitunas ‘morás’ de Lissén, que ofrecía a sus agradecidos pasajeros.

110 pasajeros en un autobús
José Ramos Morales (a la izquierda, su carnet de Los Amarillos) es cobrador de la empresa. En 1958 le asignaron la línea Sevilla-Arcos y allí se fue a vivir. Más tarde se reconvirtió en chófer. Una noche, conducía el último Sevilla-Dos Hermanas tras un partido de fútbol internacional. Al ser el último bus, nadie quería quedarse en tierra y llegó a meter a 110 pasajeros. “Sacaban las cabezas por las ventanas para respirar”, nos dice.

 

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