En una carta enviada al literato Menéndez Pelayo desde “este retiro que nos hemos creado en Dos Hermanas a fuerza de tiempo y de gastar dinero” (La Alquería del Pilar), José Lamarque de Novoa le ha confesado que tanto el como su mujer se han “convertido en dos viejos inútiles”.
Sobre su esposa, la poetisa Antonia Díaz, ha reconocido que “desde que padeció el ataque de hemiplegia ha quedado inútil para todo trabajo de imaginación. Le ha quedado un padecimiento nervioso que le deja sorda por temporadas. Esto la desespera”.