Don Manuel Benítez Rufo

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Décimo aniversario de su muerte.

Abril de 1979. Manuel Benítez Rufo es elegido en Dos Hermanas alcalde en las primeras elecciones democráticas celebradas. Encabezaba la lista electoral del Partido Comunista de Andalucía. Pasó de luchador en la clandestinidad a puntual alcalde de la ciudad. “Encontré el Ayuntamiento nazareno –me decía- con muchos problemas y dificultades. Este pueblo estaba muy abandonado y nos propusimos sacarlo adelante de la mejor manera posible”. Efectivamente, Benítez Rufo comenzó su gestión a trompicones, pero poco a poco fue encontrando soluciones a los diferentes problemas planteados. Tanto él como sus concejales tenían asiduos contactos con la gente del pueblo, recibía a todo el que quería verlo; por su despacho pasaban diariamente muchas personas. Su obsesión era servir a los ciudadanos. “Lo que siento –me comentaba- es que el principal problema que se me plantea es el del paro, que para mí es casi imposible de resolver”.

En aquellos años había en Dos Hermanas más de cuatro mil parados, situándose en una media cercana al 30 por ciento de la población activa, a los que habría que añadir las mujeres aceituneras que por sus peculiaridades se iban viendo también en paro sin estar inscritas, así como otros obreros agrícolas que trabajaban sólo cuando había dinero del comunitario. Para poder solucionar en parte este grave problema Benítez Rufo luchó por que se cumpliera la promesa del INUR de comenzar la construcción de forma directa de 480 viviendas, de las 1.600 que había concertadas con el Ministerio de Obras Públicas en terrenos de Los Montecillos. Insistía, por otra parte, ante el Ministerio de Educación sobre la necesidad apremiante de la creación de tres colegios de EGB y un instituto, así como le recordaba a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que tenía pendiente la adjudicación de las obras del colector C-3. La situación socioeconómica de Dos Hermanas en aquellos momentos era angustiosa y Benítez Rufo entendía que era imprescindible que el Gobierno de la nación prestase más atención a estos temas e invirtiera más en la ciudad.

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“Esta sería la forma más eficaz de aliviar el paro forzoso y crear riqueza para nuestro pueblo”, manifestaba. También en su mandato se hicieron las gestiones ante el Ministerio de Cultura para poder crear una Biblioteca Municipal y se iniciaron las conversaciones entre representantes del Ayuntamiento y los dueños de la Huerta de San José con el fin de permutar esos terrenos por otros ubicados en Quinto, al objeto de conseguir en la zona de La Alquería un futuro gran parque.
Llegó abril de 1983 y se celebraron nuevas elecciones. Manuel Benítez Rufo volvió a encabezar la lista electoral del PCA y a intentar permanecer en la Alcaldía de Dos Hermanas, pero los vecinos decidieron que no continuara en su puesto. Sus primeras manifestaciones tras este resultado electoral fueron para comentarme que “estos comicios han tenido unos resultados que aceptamos, pues así es el juego democrático. No tengo nostalgia ni pena, porque sé que queda la obra. En cambio, la satisfacción es muy grande por el deber cumplido. Lo habré hecho mejor o peor, pero la entrega, el trabajo y el entusiasmo han sido perennes. He procurado ser un alcalde de diálogo para buscar soluciones y me he esforzado por ser el alcalde de todos. En estos años de trabajo en común no ha habido discriminación hacia ningún partido. Fui alcalde en 1979 por cumplir las tareas de mi partido y al dejar el puesto voy a cumplir otra tarea donde el partido diga”. Efectivamente, quedó como concejal y diputado provincial.

Posteriormente, en la convocatoria municipal de 1987 nuevamente se presentó como número 1 de la lista por IU-CA y volvió a salir de concejal. Corría el mes de octubre de ese año y el miércoles día 28 Manuel Benítez Rufo presentó en la reunión plenaria del Ayuntamiento su dimisión irrevocable del cargo, dejando vacante su puesto de concejal por razones particulares. En su escrito de dimisión Benítez Rufo manifestaba: “Tanto en las actividades particulares como en las públicas ha sido norma constante de mi vida el cumplimiento de las tareas con el mayor empeño, sin esperar nunca otra recompensa que mi propia satisfacción por la labor realizada. Dado que en las actuales circunstancias, al no poder desarrollar tareas corporativas, no me encuentro satisfecho, presento mi dimisión irrevocable. Deseo lo mejor para Dos Hermanas, a la que seguiré sirviendo como particular y como miembro del PCE”.

Este honrado y veterano político comunista recibió el sábado 26 de marzo de 1994 la medalla de la Cruz de Caballero de la Orden del Mérito Civil, que le fue impuesta por el secretario general del PCE, Julio Anguita. Luchador incansable por la defensa de sus ideales en los años anteriores a la democracia buscó la coordinación con otros grupos para la recuperación de las libertades. Este año se cumple el décimo aniversario de su fallecimiento.

 

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