Tres novillos para el célebre Antonio Moreno, que estará acompañado, entre otros, por Manuel Romero “Tragatoros”, Emilio Mellado “Manteca” y el picador nazareno Juan Avilés
Desde el martes están a la venta en los despachos de billetes de El Arenal, Los Cuatro Cantillos, Cervecería “El Arahal” y en la propia Plaza de Toros las entradas para la gran corrida de toros que tendrá lugar esta tarde en Dos Hermanas, con la lidia y muerte de tres hermosos novillos a cargo del célebre diestro de Alcalá Antonio Moreno. Teniendo en cuenta la meteorología, más apacible, parece que hoy sí podrá celebrarse el festejo, suspendido el pasado domingo 19 a causa del viento y la lluvia.
Hay fiebre de toros en Dos Hermanas. La inauguración de la nueva plaza, el pasado verano, ha resucitado las pasiones taurinas de los nazarenos, que no se cansan de disfrutar de este arte. Esta tarde, acompañarán a Antonio Moreno, “para un caso inesperado”, el sobresaliente de espada José Espinar “El Molinero de Alcalá”, completando la cuadrilla los picadores Manuel Romero “Tragatoros” y Antonio Medina, ambos de Alcalá, y el nazareno Juan Avilés. Se ocuparán de las banderillas Antonio Díaz “El Rubio (de Carmona), Manuel Cuevas “El Lolo”, Emilio Mellado “Manteca” (ambos de Sevilla) y Joaquín Pérez Crispín, de Alcalá.
Los precios de las entradas oscilan entre los de 1 peseta de tendido, el de 1,25 en sol, palcos y contrabarreras, y 1,50 en palcos, contrabarreras y gradas numeradas. El inusual horario de las 3 de la tarde se debe a un gesto de la empresa para que los aficionados que vengan de Sevilla puedan regresar en el tren de Málaga, que pasa por Dos Hermanas a las 5 de la tarde.
Recuerdo para Caro
Este festejo taurino coincide con el décimoséptimo aniversario de la muerte del picador de toros de Dos Hermanas Juan Román Caro, recordado estos días por familia y aficionados. Caro falleció, a los 32 años, el 1º de Diciembre de 1888, catorce días después de haber sido corneado terriblemente por un becerro cárdeno oscuro, “Dudoso” de nombre, al que el nazareno picaba en un tentadero de reses bravas en Isla Menor. Testigos presenciales cuentan que la cornada, inferida en la parte inferior derecha del vientre, con salida de los intestinos, fue mortal de necesidad. Juan Ramón Caro formó parte, como picador, de la cuadrilla del gran matador Manuel García “El Espartero”.
