Inicio de una nueva etapa

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Crónica del SEFF’12

El sábado concluyó el 9º Sevilla European Film Festival, una edición que ha supuesto un cambio de etapa, el inicio de un nuevo ciclo. Nuevo director (José Luis Cienfuegos), nuevo equipo y nuevas sedes, trasladando las proyecciones del Nervión Plaza a los cines del centro  (Alameda, Avenida y Plaza de Armas).

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Ha sido un festival que se ha preparado con muy poco tiempo, que ha tenido muy buenas películas,  aunque también cosas que mejorar (horarios, sobre todo).

El nivel de la sección oficial a concurso ha subido sensiblemente comparada con ediciones anteriores, con excepciones, por ejemplo, la única película española que optaba a premio y que fue la peor del concurso. Fallaba todo y daba la sensación de que no estaba acabada, de que se había hecho un montaje a la ligera para llegar a tiempo a la proyección y había quedado como había quedado. Muy mal. Su título, por cierto, Recoletos (arriba y abajo).

Aunque el palmarés fue repartido, hubo muchas películas que se quedaron sin premio. Entre ellas estaban algunas que (casi) nadie esperaba que tuviesen premio. Como A month in Thailand, una cinta rumana que tenía buenos momentos, pero que tampoco iba mucho más allá de una simple anécdota;  la rusa Me too, una comedia gamberra que acababa perdida en la nimiedad; o la última obra del centenario Manoel de Oliveira (Gebo y la sombra), filme excesivamente teatral, con muy buen reparto, pero muy sencillo en su concepción y por momentos aburrido.

Sin embargo, sí se esperaba bastante de la belga À perdre la raison, con una interpretación brillante de Emilie Dequenne, a la que todo el mundo daba como ganadora del premio a la mejor actriz, y que se fue de vacío. Lo mismo que la cinta sueca Call Girl, potente thriller policíaco que atrapa al espectador en sus más de dos horas de metraje, que se pasan volando.

Otras tres cintas, interesantes en mayor o menor medida, que también se quedaron sin premio fueron The shine of day , Un asunto real y Good vibrations.

Sí entraba en muchas quinielas la danesa La caza, sobre todo por su fantástico protagonísta Mads Mikkelsen (que ya había sido premiado en Cannes). Gustó a muchos, otros la vieron muy manipuladora, pero todos coincidíamos en el soberbio trabajo del actor. La película sólo se alzó con el premio ASECAN de la crítica andaluza.
Sister, candidata suiza a los Oscar, también gustó. Muy buena cinta (aunque las hubo mejores), que se llevó el premio a la mejor fotografía y el Eurimages. Este último, ex-aequo con Paradise: Faith, cinta sobre los fanatismos religiosos de guión plano y monótono, y que fue premiada al mejor guión. La italiana Reality de Matteo Garrone se llevó el Premio Especial del certamen.

Aunque las dos cintas ganadoras del festival lo fueron inesperadamente para muchos. Boy eating the bird’s food, cinta griega que contiene alguna de las escenas más desagradables vistas esta semana, fue galardonada con los premios al mejor actor (Yannis Papadopoulos), y el Giraldillo de Plata.

Por su lado, el Giraldillo de Oro fue para la sueca Eat Sleep Die, que parecía cortada por un patrón parecido.
La cinta es prácticamente igual a  Rosetta que ya habían hecho los hermanos Dardenne (y mucho mejor) en 1999, y que (casualidades) estaba protagonizada por Emilie Dequenne, como decíamos principal favorita al premio a la mejor actriz, pero que perdió a manos de Nermina Lukac, protagonista de esta cinta.

 

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