Dramáticamente cómico

0
- Publicidad -

1102UN LUGAR DONDE QUEDARSE

Sean Penn y Paolo Sorrentino se conocieron hace algo más de tres años en el prestigioso festival de Cannes, donde el primero presidía el jurado que premió la película Il divo, que dirigía el segundo. El actor norteamericano manifestó después sus deseos de trabajar con el director italiano, y su sueño se ha cumplido con esta cinta irregular, que une una buena interpretación (a veces excesivamente pasado de rosca) de Penn, con una dirección en ocasiones demasiado esteticista de Sorrentino, y una historia que a veces tiene momentos algo incomprensibles y no del todo creíbles, y que, aunque en la mayor parte del tiempo se mueve en el drama, tiene toques de comedia, de road movie…

{xtypo_code}Italia-Francia-Irlanda, 2011. (118′)
Título original: This must be the place.
Dirección: Paolo Sorrentino.
Producción: Francesca Cima, Nicola Giuliano, Andrea Occhipinti, Mario Spedaletti.
Guión:  Umberto Contarello, Paolo Sorrentino.  
Fotografía: Luca Bigazzi.
Música: David Byrne, Will Oldham.
Montaje: Cristiano Travaglioli.
Intérpretes: Belén Rueda (Julia / Sara), Lluis Homar (Isaac), Pablo Derqui (Iván), Francesc Orella (Inspector Dimas), Joan Dalmau (Créspulo), Boris Ruiz (Blasco), Daniel Grao (Dr. Román), Clara Segura (Mina), Andrea Hermosa (Lía), Julia Gutiérrez Caba (Soledad).{/xtypo_code}

- Publicidad -

La cinta nos cuenta la historia de Cheyenne, un viejo músico que se ha quedado anclado en el tiempo en que fue famoso, que vive desorientado y aburridamente, cuyo padre, al que hace décadas que no ve, muere. En el funeral descubre que su progenitor dedicó los últimos años de su vida a encontrar a un viejo militar nazi que lo martirizó cuando estuvo encerrado en un campo de concentración. Incomprensiblemente, Cheyenne se embarca en la búsqueda del alemán, sin saber muy bien por y para qué.

La cinta tiene dos partes bien diferenciadas. La primera nos sirve para al protagonista, su estética, su monótona vida y la de los que le rodean (algunos parentescos no quedan nada claros), su deambular por la ciudad acompañado siempre por su carrito… La segunda, el viaje que emprende, que convierte la película en toda una road movie clara deudora de la Paris, Texas de Wim Wenders, que es una de las películas favoritas de Sorrentino (y ahí está Harry Dean Stanton para que quede más claro).

Un lugar donde quedarse es una película hecha a base de altibajos. A momentos de muy buen cine le siguen inmediatamente otros demasiado engolados, aburridos, inexplicables, sin sentido alguno (ni siquiera dentro de una historia que ya de por sí tiene poco sentido). Sean Penn (gran actor) tiene aquí un papel a semejanza de la cinta: a ratos bien, a ratos mal. No entremos en el maquillaje y la apariencia del protagonista, que a muchos recordará al lider de The Cure (de hecho, el proyecto comenzó como una especie de biopic de Robert Smith). Y a Sorrentino a veces le pierden las formas, en ocasiones (en muchas, muchas ocasiones) se dedica a la producción de planos demasiado esteticistas, quiere ser preciosista en exceso.

Es una cinta excéntrica y excesiva, a veces demasiado. Mezcla, sin pausas, momentos trágicos con otros cómicos, gracias a un personaje portentoso que a veces se pasa de rosca. Si hubiera que elegir una película en la que vivir, este podría ser un buen lugar donde quedarse… Pero sólo por un rato.

 

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!