Un año más celebramos el Día Internacional de la Mujer; tenemos el convencimiento de que las miles de personas progresistas que impulsaron esta celebración, jamás pensaron que pudiera llegar tal efeméride hasta nuestros días.
En una sociedad modernizada, resulta difícil ponerse en la piel de aquellas mujeres luchadoras, que con su esfuerzo, iniciaron el camino de los logros de la igualdad y el respeto, objetivos prioritarios del sentimiento socialista, puesto de manifiesto durante las dos pasadas legislaturas. El esfuerzo de nuestros anteriores dirigentes ha quedado patente consiguiéndose objetivos históricos, gracias a leyes, decretos y planes de igualdad, que ahora corren peligro al ostentar el poder un partido para el que estos planes no son prioritarios.
Por lo tanto, ante gobiernos retrógrados, se hace necesario el no dar ni un solo paso hacia atrás; la “peligrosa” asignatura de “educación para la ciudadanía” tenía entre otros objetivos, el de enseñar desde la más temprana edad, a convivir en una sociedad civil, plural e igualitaria, en la cual, todas y todos tengamos los mismos derechos y las mismas obligaciones.
Una muestra evidente de que las mujeres españolas no han alcanzado todos sus objetivos, es la enorme e injusta diferencia salarial existente con respecto a los hombres, y la desigualdad de oportunidades.
Creemos firmemente que los logros son posibles cuando están amparados por el derecho, aunque éste a veces, sea vulnerado por aquellos que desconocen su existencia.
Por todo esto, hay que seguir luchando y avanzando hacia el camino de la igualdad real, educando y concienciando a la sociedad desde la infancia.
Ojalá que dentro de muy poco, la celebración de este día tan solo sirva como un mero recuerdo de aquellos hombres y mujeres que siempre creyeron que en igualdad, un mundo justo, sería un mundo mejor.
