En un sencillo pero emotivo acto, el pueblo de Dos Hermanas, con su alcalde Federico Caro al frente, rindió homenaje al Cabo Noval, rotulando una calle a su nombre, entre la avenida de la Cruz y Nuestra Señora del Carmen. El lugar donde se encontraba la lápida estaba cubierto con una cortina con los colores nacionales y, sobre ella, una gran corona de flores con un crespón negro y un letrero hecho de flores en el que se leía: “Viva España”.
A las tres de la tarde se puso en marcha la manifestación de unas dos mil personas que partió del Ayuntamiento con la animación de la banda muncipal. Al llegar frente a la lápida, el alcalde reseñó los hechos que llevaron a la abnegada muerte del cabo. Acto seguido, y a los acordes de la Marcha Real, se descubrió la lápida entre entusiastas vivas a España, al Ejército y al Rey. Cabe recordar que el cabo asturiano, convertido en símbolo y mártir del ejército español, fue apresado por el enemigo en la Guerra de Marruecos y utilizado por el en las cercanías de Melilla. Le obligaron a responder al santo y seña para que abrieran las puertas, y así lo hizo, a lo que añadió: “Pero tirad, que vienen moros conmigo”, provocando un duro combate que salvó las posiciones españolas. Al amanecer encontraron en la línea de fuego, acribillado a balazos por pecho y espalda, a quien supo dar su sangre por salvar la de los demás.
El pueblo de Dos Hermanas está muy sensibilizado con lo que está ocurriendo en el Protectorado de Marruecos. De hecho, tres soldados nazarenos (José Miguel Arahal, Agustín Rodríguez Fornet y Cristóbal Ríos Troya) se encuentran luchando en Melilla y recientemente se han realizado diversos actos benéficos para remitirles 25 pesetas de aguinaldos a cada uno.
