Hace algún tiempo que estamos viendo como en las ciudades europeas, españolas y con especial importancia en Sevilla, se está impulsando de una manera sin precedentes el uso de la bicicleta como sistema de transporte urbano alternativo.
El éxito en el caso de Sevilla es indudable, así como los beneficios que reporta al medio ambiente urbano, global, a la salud y a los bolsillos de aquellos que eligen la bici para sus desplazamientos.
El esfuerzo hecho hasta ahora por el gobierno de Dos Hermanas es importante, pero a mi entender insuficiente. Bajo mi punto de vista, el principal escollo a salvar es el cambio de mentalidad con respecto a la bicicleta. Hay que dejar de verla sólo como un instrumento lúdico, que también lo es, y empezar a verla también como un instrumento de transporte. Para que la bicicleta se perciba de esta manera la infraestructura que la acompaña debe ser, ante todo, eficiente y segura.
Como digo, el esfuerzo por incluir carriles bici en las nuevas infraestructuras de nuestra ciudad es importante, pero esto debe estar acompañado por una política integral de apuesta por el uso de la bicicleta, que incluya, por ejemplo, la construcción de nuevos carriles bici que conecten las diferentes zonas de Dos Hermanas porque de lo contrario, los carriles bici ya construidos “no llevarán a ninguna parte”, y solo servirán para el paseo del fin de semana.
Pero, ya que se hace el esfuerzo por invertir en nuevos carriles bici (medida que una vez más aplaudo), pido por favor que piensen un poco más de qué manera hay que construirlos. Si estamos cambiando los adoquines por asfalto en nuestras calles destinadas al vehículo a motor, no pongamos los carriles bicis de adoquines.
Es probable que la persona que ha diseñado y elegido los materiales para la construcción de los nuevos carriles bici lo haya hecho sobre parámetros estéticos o quizás sea debido a que no utilice este medio de transporte. De lo contrario no se entiende, es una práctica incómoda que hace que se use la calzada o incluso el acerado reservado a los peatones.
Los preceptos básicos, que, en mi opinión, definen la eficiencia de un sistema de transporte en bicicleta podrían ser los siguientes:
– Menor coste: Carriles bici de pavimento liso y de doble sentido. Además de mucho más cómodos son más económicos de construir.
-Seguridad: Carriles separados físicamente de la calzada por donde transitan los vehículos a motor.
-Interconexión: Red de vías que comuniquen de forma eficiente las diferentes zonas del municipio.
-Zonas de aparcamiento para bicicletas.
Y si a todo esto le pudiéramos añadir un sistema de transporte público de alquiler de bicicletas que además sea barato, le ponemos la guinda al pastel.
