La nazarena Isabel Márquez, viuda de Melchor Díaz, ha establecido en su testamento, otorgado en el día de ayer, una cláusula según la cual, a cambio de un tributo que deja pagado a la Hermandad de Santa Ana, se diga “por siempre jamás” una misa cantada por su alma y la de sus padres en la Capilla de Santa Ana en un día de la octava de la fiesta de la Patrona. Hasta ahora, venía siendo normal la práctica de establecer un número de misas por el eterno descanso del alma de un testamentario, pero no se recordaba en esta cofradía la compra de una “misa perpetua”.