Los gritos con que claman los desiertos
salvarse del olvido y la distancia,
suelen adormecerse el fragancia
de los sucios terrores encubiertos.
Y así sus lloros suenan más inciertos,
son más leves las sogas de su infancia,
y sus vidas -sutil extravagancia-
apenas valen tanto que sus muertos.
Y nosotros…nosotros los miramos
permitiéndonos ser quienes juzgamos
qué asesino es mejor en su papel.
Es el caso del Sáhara, hoy día:
¿o acaso igual respuesta se daría
a un ataque por parte de Israel…?