1970. La bendición del Monumento a la Virgen de Valme marca las vísperas de la Romería

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2401La escultura ha sido erigida en la Plaza Menéndez Pelayo para conmemorar el nombramiento de la Virgen como patrona del Ayuntamiento nazareno

Cientos de nazarenos asistieron ayer, 11 de octubre, al solemne acto de inauguración del Monumento a la Virgen de Valme, que recibió la bendición del cardenal arzobispo de Sevilla, Monseñor Bueno Monreal. Se trata de una escalinata de mármol blanco sobre la que se eleva un alto pedestal de base cuadrada, rematado en cornisa. Sobre ella se asienta la reproducción de la Virgen de Valme en piedra blanca de Pedrera.

El 17 de agosto de 1964, fecha en que  se nombró co-patrona de Dos Hermanas y patrona de la corporación municipal a la Virgen de Valme, se acordó construirle un monumento en la Plaza de Menéndez y Pelayo, lugar donde Dos Hermanas la recibió cuando vino desde Cuarto para quedarse para siempre. Desde entonces se viene trabajando en esta escultura en los talleres sevillanos de Don Vicente Coloma. Concretamente, su autor ha sido Andrés Álvarez Cobos, discípulo de José Luis Vasallo. El alcalde, Muñoz Rivero, muy orgulloso del nuevo monumento, declaró que, si bien está totalmente terminado, en las próximas semanas se procederá al embellecimiento de la plaza y la mejora de su iluminación.

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Tras la inauguración, al filo del mediodía, se celebró el pregón de la Romería, que pronunció de forma brillante Pedro Liaño.

2402El arzobispo ofició la función principal antes de bendecir la escultura
El acto de la bendición del Monumento a la Virgen de Valme se produjo a las once de la mañana del domingo 11 de octubre de 1970. El cardenal arzobispo Bueno Monreal, que llegó a Dos Hermanas poco antes de las nueve y media, fue recibido a la puerta de la iglesia de Santa María Magdalena por el párroco José María Ballesteros (con el resto de sacerdotes), el alcalde Antonio Muñoz Rivero y demás miembros de la corporación municipal, así como representantes de la Hermandad de Valme, con su hermano mayor, Manuel Moreno, al frente. Tras la solemne misa, oficiada con otros siete sacerdotes e interpretados los cantos litúrgicos por el coro de Escacena del Campo, el arzobispo se dirigió por la calle Santa María Magdalena hasta la Plazoleta de Menéndez Pelayo, donde bendijo el Monumento y pronunció unas palabras desde la escalinata. A continuación, el alcalde hizo el ofrecimiento a la Virgen y encomendó el monumento y sus jardines al cuidado y custodia de todos los nazarenos.

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