Mari Carmen Martín pronuncia un pregón muy romero y familiar
Desde el inicio de su exaltación el pasado domingo en la parroquia de Santa María Magdalena, quedó claro que el Pregón del Rocío de Mari Carmen Martín Barbero iba a ser un pregón familiar, de devoción rociera y muy peregrino; “la unión de las experiencias vividas junto a mi familia”. Por ello, la pregonera intentó trasmitir al público presente “una imaginativa y anticipada peregrinación romera, que os transporte desde Dos Hermanas hasta la misma puerta de la ermita almonteña”.
Para ello, Mari Carmen hizo un repaso minucioso, lleno de detalles y anécdotas, de lo que es el Rocío, en el día a día del camino de la Hermandad de Dos Hermanas, pero siempre a través del prisma de la familia Martín Barbero. “Un camino que no es lo que la gente piensa. El Rocío es eso, Rocío. Ella y sobra todo lo demás”.
La pregonera habló de la salida de la Hermandad, su paso por Coria, la primera pernocta, el vado del Quema, Villamanrique, La Raya, Ajolí, la llegada a la aldea y la salida de la Virgen del Rocío. “Un cúmulo de vivencias, devoción mariana y peregrinación”.
Mari Carmen quiso concluir su disertación teniendo presente a “todas las personas que a lo largo de los años han hecho de alguna forma que el Rocío hoy sea lo que es para mí”. Un repaso en el que cobraron un protagonismo especial las familias rocieras, su forma de hacer camino, en familia, sus amigos y, sobre todo, la Virgen del Rocío; sentenciando su disertación con un “pero mi pregón… sobre todo es ella, la Virgen del Rocío”.
{xtypo_code}Un pregón muy femenino
En el pregón de Mari Carmen Martín Barbero la figura de la mujer estuvo muy presente. Considerando que es de alabar “el trabajo desinteresado que realizan cada año el grupo de mujeres de la hermandad”, solicitando a los hombres “que valoren más a las mujeres, de igual forma que valoran y defienden a la Virgen del Rocío”. Asimismo, tuvo unas palabras en defensa de la vida, que defiende
“la Iglesia desde el momento de la gestación”.{/xtypo_code}