Otra cinta de época

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cineLA DUQUESA

Dicen que la historia es cíclica. Que lo que ya ocurrió una vez puede volver a ocurrir siglos después. Y así parece que sucedió con la protagonista de esta historia, Georgiana Spencer, duquesa de Devonshire, cuya vida guarda varias semejanzas con la de Lady Di (descendiente de uno de sus hermanos, y por lo tanto emparentadas por lazos familiares).

 

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Reino Unido-Francia-Italia, 2008. (110’).
Título original:  The Duchess.
Director: Saul Dibb.
Producción: Michael Kuhn, Gabrielle Tana.
Guión: Jeffrey Hatcher, Anders Thomas Jensen y Saul Dibb, basado en la novela de Amanda Foreman.
Fotografía: Gyula Pados.
Música: Rachel Portman.
Montaje: Masahiro Hirakubo.
Intérpretes:Keira Knightley (Georgiana), Ralph Fiennes (Duque de Devonshire), Haley Atwell (Bess Foster), Charlotte Rampling (Lady Spencer), Dominic Cooper (Charles Gray), Simon McBurney (Charles Fox), Aidan McArdle (Richard Sheridan), John Shrapnel (General Grey).

 

Con sólo diecisiete años, la joven Georgiana Spencer se casa con el duque de Devonshire con el que su madre, Lady Spencer, ha negociado su matrimonio. Cuando la madre le comunica la noticia, ella acepta feliz, convencida de que el duque la ama, pero enseguida descubre la falta de calidez e intereses en general de su marido, que le da más cariño a sus perros que a ella y cuya única pretensión es que Georgiana le dé un descendiente varón. La duquesa toma su papel como anfitriona social de las reuniones que su marido celebra en palacio, impresionando al líder del partido liberal al que el duque apoya. La mayor decepción de Georgiana llega cuando su marido le obliga a hacerse cargo de una hija ilegitima cuya madre acaba de morir. La duquesa se lanza a las fiestas sociales, donde es siempre el centro de atención. Poco después, da a luz a una niña, por la que el duque no sentirá interés, decepcionado.

El personaje histórico de la duquesa de Devonshire tiene sus luces y sus sombras. Aunque en el filme se muestren más las primeras. Fue indudablemente un icono de la moda de la época, admirada y querida por el pueblo, mostró gran interés por la política e introdujo un cierto y desconocido hasta entonces espíritu feminista, fue una sufridora antes las agresiones y las infidelidades de su marido, pero también fue una jugadora compulsiva que perdió millones de libras.

Como película, La duquesa no es más que otra producción británica de época más. Con todo lo que ello tiene de bueno y de malo. Presenta una factura técnica impecable, una puesta en escena, unos decorados magníficos y unos vestuarios fabulosos (ganadora en esa categoría en los últimos premios Oscar y Bafta), algo a lo que ya estamos habituados en este tipo de cintas, pero la narración resulta en muchas ocasiones fría, y mezcla momentos de interés, de soltura, con otros varios de aburrida falta de algo que contar.

En el apartado interpretativo es imprescindible destacar el trabajo de su protagonista, una deslumbrante Kiera Knightley, siempre que obviemos el hecho evidente de su ya muchas veces mencionada extrema delgadez (que no concuerda con el tipo de mujer y con la belleza de la época que refleja la película), frente a un mucho más sombrío Ralph Fiennes (cuyo comportamiento se intenta justificar hacia el final de la película).

Un personaje interesante, en una película que técnicamente está realizada con la calidad que los británicos ya han demostrado muchas veces en este tipo de cintas, pero que no aporta nada nuevo, y que en ocasiones puede resultar algo fría en su narración.

 

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