El edificio ha sido restaurado por alumnos del programa Acciones Formativas
La emblemática Torre del Olivar, ubicada al inicio de la calle Real Utrera, ha pasado a convertirse en un centro de actividades gracias a la labor de un grupo de 40 alumnos del programa Acciones Formativas de la Concejalía de Bienestar Social. Estos jóvenes, mayores de 18 años, se han encargado de los trabajos de restauración de un inmueble muy deteriorado por el paso de los años, logrando un buen resultado en menos de un año.
Los alumnos, a través de los módulos de albañilería, fontanería, electricidad y pintura, han dotado a este edificio de mayor funcionalidad y amplitud de sus espacios, siempre respetando la estructura básica del mismo. Los trabajos han consistido en la construcción de un nuevo techo, una nueva instalación eléctrica y de fontanería, pintura del inmueble, la construcción de una cocina y dos cuartos de baño, así como el adecentamiento del inmueble, en cuyo patio se han descubierto unas columnas de media punta con más de 200 años de antigüedad. El resultado es un nuevo espacio con dos aulas, una cocina, salón y despacho.
A partir de ahora, Dos Hermanas cuenta con un nuevo espacio formativo, en pleno centro, que acogerá a el programa Acciones Formativas, que hasta la fecha se ubicaba en la zona sur, así como un aula para alumnos de salud mental.
El programa Acciones Formativas es una iniciativa de formación continuada, de unos nueve meses de duración, en el que un grupo de 40 alumnos, derivados de Bienestar Social, reciben una completa formación en los cuatro módulos ofertados.
Asimismo, completan su formación con clases de alfabetización, habilidades sociales, riesgos laborales e insersión laboral. Asimismo, en un apartado más práctico, los alumnos han participado en la restauración de sus propias viviendas, así como en otros trabajos encargados por el Ayuntamiento. El fin es insertarlos laboralmente en la sociedad con una buena formación.
Buen equipo
Los trabajos de formación y restauración de la Torre del Olivar han estado coordinados por Manolo Parrales. Éste ha contado con la colaboración de los monitores: Eduardo Castillero (albañilería), Pepa García (fontanería), Enrique López (pintura), y Paco Muñoz (electricidad). Un equipo docente que, además de las nociones básicas formativas, han trasmitido a sus alumnos, durante las horas de trabajo compartidas, la historia de este inmueble que fue albergue de la ciudad.