El lunes día 22, mientras leía y admiraba la crónica de la Romería de Valme en este periódico, una frase de tono irónico llamó mi atención. Hacía referencia a cómo las mujeres iban ataviadas con el mismo traje de flamenca "aprovechando el stock de las telas".
No sé cuál sería la fuente de información del redactor para hacer ese comentario. Sin duda, no se refería a nosotros. Ya es el segundo año consecutivo, y tenemos en perspectiva que sean muchos más, que las mujeres de nuestro grupo comparten la misma tela y diseño en sus faldas, los niños van ataviados con un singular pañuelo a la cintura en azulino y rojo haciendo honor a la Virgen, y que los hombres llevan su especial polo con la imagen de la protectora pintada a mano. Todo confeccionado por nosotros: es un motivo para hacer de la Romería un sentir de hermandad y de unidad en torno a la Virgen a lo largo de todo el año, de compartir inquietudes, de poner nuestro granito de arena aquí y allá, de aprender el uno del otro y la una de la otra; o si se quiere, casi un pretexto para vernos a menudo y estrechar nuestros lazos familiares y de amistad. Lejos de sacar partido a unos metros de tela, sí que nos beneficiamos del respeto y afecto que sentimos por la Virgen de Valme. Muchas gracias.
